No soy tu juguete / Cancelada.

Capitulo 1;

El idiota del profesor de Historia me no me dejó entrar en su clases. ¿Saben por qué? ¡Llegué dos malditos minutos atrasada! ¡DOS MINUTOS! . Estoy totalmente convencida de que debo conseguirle una novia a ese hombre, es irritante que sea tan antipático.

Mientras caminaba hecha una furia hacia la oficina del director me encontre con la persona que menos quería ver en estos momentos. Así es chicas. Cameron y su grupo de amigos sin neuronas estaban en el pasillo coqueteandoles a unas plásticas. Apresure el paso con la esperanza de que no me viera ese hijo de puta, pero para mi mala suerte lo hizo.

¡Joder detenganme antes de que le arranque cada uno de sus cabellos lentamente!

-¡Hey preciosa! - escuché su voz seductora detrás de mí - ¡Detente!

Me giré en seco y lo miré mientras lo apuñalaba con la mirada. El me dedicó una de sus perfectas sonrisas dejando a la vista su dentadura blanca.

-¿Que mierda quieres ahora? - le dije en un tono cortante.

-¡Wow! ese no es vocabulario para un señorita - se revolvió el cabello con su mano y me miró con deseo.

Si algo odio de él es eso. ¿Que carajos se cree?. Esta bien, antes cuando era una puberta que creía en que algún día encontraría a mi principe azul y tendría un romance feliz y durarero, caí perdidamente a sus brazos, convencida de que el me daría un amor eterno. Y que todo sería un cuento de Hadas, pero después de haberme entregado ciegamente a él, de haberle entregado todo de mí, me dejó. Fuí otra más, y es por eso mismo que no dejaré que nuevamente con sus miradas y su voz seductora que me derrite las hormonas, me conquiste.

De los errores se aprende ¿no?

Al menos ya aprendí que nunca, pero nunca, debo de enamorarme de un mujeriego.

-Aclaremos algo - suspiré agotada e intente relajar cada parte de mi cuerpo para no matar a Cameron en estos precisos instantes - Me importa un carajo si mi forma de hablar es la de una señorita -dije enumerando con mi dedo - segundo, no me agradas así que no me mires de esa forma - levanté otro dedo - tercero, deja de mirar mis senos antes de que te deje sin miembro- levanté el tercer dedo y le dediqué una mirada asesina - cuarto, no estoy de humor para que me vengas a coquetear y quinto tengo que irme a la oficina del director, así que vete a buscar otra vagina.

-Me encanta que seas tan ruda, me exita - se mordió el labio inferior y sus ojos azules se clavaron con los mios.

Era algo así como una guerra de azul y gris.

Lo odio.

¿Que acaso la culpa de saber que por él sufrí no le persigue por las noches?

Es un ser despreciable, pensar que perdí mi virginidad con él, me molesta, bastante.

-¡Pudrete Mackenzie! - le grité ya fuera de mis casillas y le mostré mi preciado dedo corazón.

Volví a caminar en dirección a la oficina del director, más enojada que antes. Saqué el celular de mi mochila junto con mis audifonos y los conecte.

Antes de poder ponerme los audifonos y relajarme con la música, escuché los gritos de alguien.

-¡Se que me amas Brown! - gritó Cameron desde lejos.

No me di el tiempo de voltearme y putearlo, seguí caminando pérdida en la música que retumbaba en mis oídos.

Al llegar a la oficina me encontre con mi querida amiga Nora sentada en unas de las sillas que se encontraban en el pasillo.

Me quité los audifonos y los volví a guardar en la mochila junto con mi celular. Me senté al lado de Nora y le dediqué una sonrisa.

Nora y yo en pocas palabras somos las chicas ''problemáticas" de este Instituto. Somos conocidas y respetadas por todos los alumnos del lugar. Para que entiendan el porque de nuestra etiqueta les dare un ejemplo. Una vez terminando el primer semestre de clases en venganza quemamos la mitad del Instituto e inundamos la otra. Nora es una chica que con solo mirarla a sus enormes ojos verdes te provocaba miedo y su cabello celeste metálico es genial, sale de lo común; Nora también es conocida por ser la chica que rechazó a todos los ''galanes'' del equipo de fútbol y la razón de eso es que a Nora no le vienen los chicos si no que las chicas.