Capitulo 32;

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Mi celular comenzó a vibrar dentro del bolsillo de mi pantalón, no quise contestarlo ya que estaba algo ocupado leyendo los jodidos subtítulos de la película. El celular volvió a insistir vibrando nuevamente, solté un gruñido y despegue mi vista del televisor, saque el celular del bolsillo, al ver el nombre de mi padre en la pantalla del aparato me dieron unas ganas de contestar y mandarlo a la gran mierda y que se pudriera junto con la mujer que tanto ama, que para peor se hace llamar ‘’mi madre’’. Descolgué.

-¿Qué quieres? –Hablé sin paciencia, volví mi vista hacía el televisor y resulta que me había perdido bastante del trama por no leer los subtítulos de mierda. Joder, no podían doblar la puta película al español.

-Hijo –escuche su voz en un tono de preocupación – me acabo de enterar que…. has salido del hospital –apreté los puños. – no sabía que habías tenido un accidente…de verdad lo siento.

-¿Sabes algo?, me importa un carajo que te hayas enterado recién de mi estadía en el hospital, porque sinceramente si hubiera visto tu rostro en aquel momento, no dudaría en haberte golpeado aun con todo mi cuerpo inestable. –pase la mano por mi pelo algo frustrado por esta situación. – es preferible que te quedes con la mujerzuela de mi madre, a ver si te das cuenta de una vez que para ella solo eres una bolsa de dinero la cual ella quiere dejar vacía, y que sepas que, mientras estés con aquella señora de mierda, no pienses que tienes un hijo, porque no lo seré más. –colgué.

Apreté el celular entre mi mano y lo lancé contra la pared con todas mis fuerzas, estoy realmente cabreado, no fue a verme ningún día que estuve en el hospital, y ahora, después de que había pasado una semana sin noticias mías, venía a preocuparse. No me mal entiendan, es un buen padre, pero la perra de esa señora lo manipula a su antojo, se aprovecha del amor que él le tiene después de que ella lo engaño con aquel hijo de puta. Pero ya no es mi problema, si él quiere seguir por ese camino, está bien, pero que venga sabiendo desde ahora, que ya no tiene un hijo.

Escuche el motor de un auto detenerse. Me levante del sofá y deje salir un suspiro, como si eso pudiera ayudar a relajarme, no quería desquitarme con Annie, joder no quiero que esta noche se vaya a la mierda por culpa de mi padre. Camine hacía la puerta principal y la abrí justo en el momento exacto. Thomas se encontraba a unos centímetros de los labios de Annie mientras mantenía sus sucias manos en una de sus mejillas. Y resulta que ella no ejercía fuerza alguna contra él para separarlo, si no que se podía ver que quería que la besara.

Al parecer esta noche ya no será como esperaba.

-Me avisas cuando hayas terminado –hablé en un tono realmente frío, más del que quería, cerré la puerta de un portazo.

Camine rápidamente a la habitación de huéspedes y tome mis cosas, las cuales aún se encontraban en el bolso, me lo colgué en el hombro y salí de la habitación, escuche la puerta principal cerrarse, Annie unos segundos después apareció en el pasillo, me miraba arrepentida.

-Cameron, lo siento –se acercó a mí, pero yo la detuve. –Déjame explicarte.

-¿Qué mierda me vas a explicar? –pregunté irónico – Joder, no soy un niño de cinco años al cual tienes que explicarle las cosas, se perfectamente lo que vi. – Annie mordió su labio inferior – y está bien, no pienso insultarte o siquiera enfadarme, pero, si vas a decirme que me amas para después querer besarte con ese imbécil, es mejor que no sigamos con esto – me dolía decir aquello con tanta dureza – porque por mucho que te amé, no pienso estar en un puto triángulo amoroso intentando ganarme tu atención. – Acomode el bolso en mi hombro – Vete con él, se feliz, porque aunque me cueste decirlo, no puedo estar contigo cuando tú lo prefieres a él. –pase por su lado y abrí la puerta, mire por sobre mi hombro y suspire – búscame cuando sepas realmente lo que quieres en tu vida.  –cerré la puerta detrás de mí y aspire el aire frío que chocó al instante contra mi rostro.

No soy tu juguete / Cancelada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora