Una hermosa joven castaña de vestimenta elegante se encontraba sentada en una de las mesas de un fino restaurante mirando hacia otra de las mesas en donde un apuesto joven de cabello negro hablaba con un par de hombres.
¡Tsubasa, mi chico perfecto¡ dijo suspirando la castaña mientras pensaba: Ni pensar que ya llevamos 4 años de conocernos y dos de novios, desde que te vi por primera vez supe que tú eras el indicado para mí y con el pasar del tiempo solo corrobore el gran concepto que ya me había formado de ti pues no solo eres apuesto, educado y noble sino además eres muy trabajador, no te rindes ante nada y la mayor prueba de ello es que sabes sobreponerte a las adversidades, una lesión te alejo de tu mayor pasión el soccer, tu futuro se truncó por así decirlo, eras una promesa mundial, habías ganado un mundial juvenil y uno de mayores para nuestro país, un campeonato Brasileño con el Sau Paulo, una Champions League para el Barcelona de España, justo en este país es donde sufriste esa terrible lesión que te alejo de tu pasión, con tus ahorros y la indemnización que recibiste llevaste un tratamiento en España, si bien te rehabilitaste no pudiste volver al soccer profesional, los médicos dijeron que si regresabas podrías quedar paralítico entonces tomaste la decisión de volver a radicar en tu país natal nuevamente, a pesar de que deprimiste en un principio supiste reponerte rápidamente y saliste adelante, del dinero que habías ahorrado solo te quedo lo suficiente para que subsistas hasta que encuentres empleo por suerte habías comprado una casa en Japón pues desde que empezaste a trabajar te independizaste de tus padres, al poco tiempo de estar en Japón encontraste trabajo en una pequeña escuela de la ciudad, de alguna manera sigues ligado al campo deportivo pues diriges desde hace 4 años el equipo de menores de esa escuela, además tienes muchos sueños y ambiciones como yo y no descansas hasta conseguirlos. Hace algunos meses emprendiste un negocio en el cual te va muy bien por lo que tú me has dicho aunque aún no sé exactamente cuál es el pues cada vez que te pregunto siempre surge algo y no me lo puedes responder, bueno en realidad eso es lo de menos, lo único que me importa es nuestro amor, ahora mismo estoy en este lugar esperando a que termines de hablar con tus futuros socios, me dijiste que es un nuevo proyecto que te dejara muy buenas ganancias si ellos aceptan apoyarlo y tu objetivo por supuesto es lograr ello. Le estaré eternamente agradecida a Yukari pues ella me presento contigo pues eras amigo de su novio quien jugaba contigo desde niño e incluso fueron parte de la selección de nuestro país, bueno Ryo aun lo sigue siendo, a mí en realidad nunca me importo el soccer mis padres me formaron desde niña solo para saber dirigir en un futuro nuestra empresa, empresa en la cual tu trabajas desde hace 3 años, te has convertido en la mano derecha de mi padre, sin duda no todos los futbolistas son malos para los negocios, tú has demostrado ser un buen negociador, la verdad aprendo mucho junto a ti cada día que pasa, aprendo de tu manera de ver la vida, de tu perseverancia, de tu sed de triunfos, sin mencionar que tú fuiste mi primer novio, mi primer novio y mi primer beso me lo diste tu Tsubasa Ozora, a los 23 años recibí mi primer beso, es que siempre estuve esperando el chico perfecto y ese eres tú.
El pensamiento de la castaña se vio interrumpido por un cálido beso que ella recibió en la mejilla.
¡Tsubasa, mi amor¡ ¿Ya terminaste tu reunión de negocios?, respondió la castaña sonriendo mientras miraba a su novio.
Si mi reina, si, hace algunos minutos se terminó la reunión y déjame decirte que fue todo un éxito, decía el apuesto pelinegro con una amplia sonrisa mientras tomaba asiento junto a su novia.
Pues me alegro que hayas podido concretar el negocio mi amor, decía la castaña sonriendo.
¡Gracias mi reina¡ y dime hermosa, ¿ya hiciste el pedido?, pregunto Tsubasa.
Si mi amor, ya solicite el pedido, respondió Sanae con una dulce sonrisa.
A los poco minutos un mesero se acercó a la mesa con el pedido. El mesero coloco el pedido sobre la mesa, sirvió las copas de bebida y luego se retiró de la mesa dejando solos al par de jóvenes.
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"Lo aprendí de tí"
Roman d'amourSanae Nakazawa creía tener el prometido perfecto pero esta imagen se derrumbo de un día para otro haciendo que ella cambie su manera de ser justificando su actitud diciendo que ella era el "Reflejo de el".