Capítulo 8: "Una chica sin sentimientos"

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Ya había pasado más de un mes desde que la castaña había asumido la presidencia de la constructora de su difunto padre, más de un mes desde que ella había endurecido su corazón y aumentado su sed de venganza hacia Tsubasa a quien desde hace tres semanas se encontraba investigándolo con ayuda de un investigador privado para saber cómo manejaba sus negocios y poder contraatacarlo hasta destruirlo por completo.

Sanae no solo había cambiado su forma de ser sino también su imagen, su cabello castaño ahora lucia casi rubio debido a las iluminaciones doradas que le había hecho a su cabello, así mismo usaba lentes de contacto color caramelo y su manera de vestir cambio a uno más sofisticado haciéndola parecer una mujer no solo elegante sino además sexy a pesar de lo dureza que su rostro proyectaba.

Por su parte Tsubasa había pasado tres semanas en las Vegas junto a Marian para cumplir tal vez uno de los últimos deseos a la mujer que él consideraba como una segunda madre y mejor amiga pues desde que supo del problema que tenia se comprometió con su caso aun sabiendo que el ya no contaba con los medios para poder continuar con el tratamiento y a pesar de que ella estaba muy enferma nunca lo abandono siempre estuvo a su lado apoyándolo.

Durante las tres semanas que Tsubasa y Marian pasaron en las Vegas, el intento superar su nostalgia pero por más que lo intentaba no pudo lograrlo a pesar de ello él estaba seguro que él no merecía a Sanae y por ello seguía firme en su decisión de nunca más volver a verla en su vida.

Luego de su estancia en las Vegas, Tsubasa y Marian partieron a España, el lugar de nacimiento de Marian en donde ella había decidido pasar sus últimos días de vida.

España:

Una demacrada mujer rubia estaba acostada en una cama de hospital mientras un apuesto joven de cabello negro le tomaba su mano.

Marian tienes que seguir luchando, tienes que ayudarme a que vuelva hacer el de antes, decía Tsubasa con nostalgia.

Tsubasa, tu volverás a ser el de antes pues te quedas en manos de un equipo médico extraordinario, ya sabes que quiero que sigas con mi fundación además la mitad de todo lo que recaudes de la empresa que te cedí para que la fusionaras con la tuya tiene que ir a la fundación,......., decía Marian con voz cansina.

Lo se Marian, yo haré lo que tienes pensado, respondió Tsubasa.

Además necesito que me prometas algo, decía Marian con voz cansina.

No te esfuerces Marian ¡por favor¡ no te esfuerces, decía Tsubasa.

Necesito que me prometas algo mas Tsubasa, solo así podré partir tranquila, decía la mujer rubia mientras tomaba con fuerza las manos del joven de cabello negro.

¿Qué quieres que te prometa Marian?, pregunto Tsubasa con nostalgia.

Te conozco, sé que no volverás a rehacer tu vida pues el tratamiento no funciono además sé cuánto amaste a Sanae, ella fue tu verdadero amor, Akemi solo fue una más de tus conquistas, tal vez la quisiste pero no la amaste como a Sanae, por ello sé que nunca podrás olvidarla,........, decía Marian siendo interrumpida por el joven de cabello negro.

Marian, no quiero hablar de Sanae, respondió Tsubasa.

Lo sé, lo se hijo pero es necesario, es necesario que hablemos de ella porque lo que quiero que me prometas está relacionado con ella, decía Marian.

Marian, yo nunca podré hacerla feliz, ella quiere una familia y yo nunca podré dársela, dijo Tsubasa con voz quebrada.

Tsubasa prométeme que si algún día el nuevo tratamiento al que te someterás da resultado buscaras a Sanae, dijo Marian.

"Lo aprendí de tí"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora