CAPÍTULO 1. DIÁLOGO CON EL CREADOR

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Estoy aquí nuevamente, de pie entre una multitud cuyos pensamientos retumban en mis oídos; sin embargo, cada vez se vuelven menos perceptibles. A lo lejos escucho "quiero morir", difícilmente logro encontrar la persona con esos deseos y sé que algo en mí anda mal.

En todo el tiempo que llevo ejerciendo mi tarea, he tenido que lidear con personas con deseo de morir, matar, robar, incluso he detenido decisiones que involucraban la destrucción de un gran número de la población. Ahora siento que ya no soy útil y empiezo a preguntarme ¿cuál será mi propósito?.

Los gritos de las personas me despiertan del trance y observo el cadáver de una joven en el piso, el pavimento lleno de sangre y viene a mí la culpa. Ella es una víctima de mi actual incompetencia.

En un abrir y cerrar de ojos me encuentro donde el creador, no lo veo enojado pero sí algo triste y sus palabras empiezan a retumbar en mis oídos:

- Lastimosamente estás perdiendo tus poderes de ángel, eso pasa cuando envejece tu espíritu.

No sé qué decir, pensé que los ángeles eramos seres eternos. Si es así por qué fui creado para una función que al final me sería arrebatada ¿cuál es mi propósitos? me pregunto nuevamente. Ante mi dilema me responde.

- Todo lo que ves tiene un propósito y tú cumpliste con una parte del tuyo. La maldad evoluciona y quienes ejecutan mis órdenes también deben hacerlo. Una vez tus poderes se agoten deberás ir a la tierra a disfrutar de tu mortalidad.

Lo primero que pensé es que iba a ser reemplazado y lanzando a la tierra a esperar mi muerte. Mientras me levanto para retirarme unas palabras retumban en mi cabeza: "Fuiste creado con un sólo fin y cumpliste con todas mis expectativas".

Miro el cielo y no está lloviendo, parece que son lágrimas... un vestigio de mi mortalidad.

LA MORTALIDAD DEL ÁNGELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora