"4"

1.5K 224 41
                                    

Acariciar a una mujer no era tan complicado como se lo habían planteado. Con los años, había abandonado la torpeza y se volvió dueño de sus manos. Los nervios de la primera vez habían desaparecido y se volvió tan diestro como un gato trepando.

A NamJoon le gustaba hacer a las mujeres sucumbir, acariciaba sus contornos con una pación inalcanzable que no existía, pero que sabía fingir demasiado bien. Una no era suficiente; más de una apenas lo llenaban. Pasó sus largos dedos por el trasero de la morena de cabello crispado, mientras la rubia de ojos avellana le chupaba la pija con deseo.

Era un cerdo, no sabía hacerle el amor a una dama, porque le encantaba el sexo y enamorarse era un desperdicio. Escuchó a la tercera llegar al orgasmo cuando le acarició el clítoris con la lengua. La rubia dejó de lamer y comenzó a cabalgarlo sin detenerse, produciendo gemidos sin sentido, molestando los oídos del moreno.

La morena de cabello rizado lamió sus pezones y colocó la mano del muchacho entre sus piernas, meciéndose, perdiéndose en un lugar que no debía conocer. La tercera chica besó a la morena, en un intento desesperado por despertar el deseo del jefe. Pero NamJoon no estaba interesado, se estaba aburriendo. El pánico inundó a las tres chicas.

La rubia se separó del chico para cederle el lugar a la morena, mientras la tercera chica comenzaba a besarlo.

NamJoon se corrió en el interior de la morena y se puso de pie completamente aburrido.

¿Qué más daba?

Comenzó a vestirse sin mirarlas y suspiró.

— Largo. — musitó.

Sacó un cigarrillo de sus pantalones y lo encendió con la veladora que había en el hotel. La morena se puso de pie y lo abrazó por la espalda. Comenzó a besar sus hombros y le habló al oído.

— Vamos, cariño. SeokJin dijo que te gustaba divertirte. Regresa.

NamJoon sonrió. — Así es. Me gusta divertirme. Pero ustedes no han hecho más que aburrirme. Largo. — Repitió sin reparar en sus palabras.

Las tres chicas intercambiaron miradas y comenzaron a vestirse. Al parecer, NamJoon era más difícil de tratar que lo que los rumores hablaban.

La habitación se quedó en silencio, NamJoon se acercó hasta la ventana y miró la increíble ciudad en la que vivía. Tenía que regresar a casa cuanto antes, JenHa y Taehyung lo esperaban para cenar y él nunca había faltado a su promesa.

Miró la hora en su reloj de muñeca y suspiró. Tenía que avisarle a SeokJin sobre su partida.

Sin pensar en su socio marcó el número. Jin respondió después del cuarto timbrazo. NamJoon bufó.

— Yo marco, tu respondes. Sabes que no me gusta esperar. — Dijo.

Jin soltó una pequeña risa.

— Estoy ocupado ¿Tú ya acabaste? — preguntó.

NamJoon escuchó el jadeo de una chica.

Suspiró.

— Sí, dijiste que las venezolanas eran divertidas. No es así. Me voy a casa.

— Para mí lo son. Además, están buenísimas.

— Me voy a casa. — Repitió. — Este lugar me da asco.

SeokJin suspiró.

— Le diré a mi chófer que te lleve.

— No necesito a tu asqueroso chófer de cuarta. Ya hablé con Yoongi, él vendrá a recogerme.

— Bien, nos vemos mañana en la oficina.

Pride and Disgrace.  [KNJ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora