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El camino fue ameno, pues a pesar del silencio, NamJoon sentía la presencia de JeRim y eso era suficiente para mantenerse tranquilo. JungKook abrazaba a Miun, mientras JeRim miraba la estruendosa ciudad por la ventana. Yoongi estaba desconcertado, en muchas ocasiones Namjoon había actuado de mil maneras que le eran imposibles comprender, pero precisamente en esa, se vio así mismo ofuscado. Sabía que trabajaba para alguien extraño, pero se sorprendía cada que averiguaba que tan extraño.

Al llegar a casa, NamJoon se acercó a Yoongi y le pidió que no se retirará. El chico acepto, pese a la hora que era, pero era su trabajo y necesitaba el dinero.

Al entrar a la zona departamental, JeRim y JungKook miraron alrededor, recordando los viejos tiempos en donde pertenecían a ese mundo, en donde tenían todo lo que deseaban y no se detenían a pensar en los demás. Ambos tenían que reconocer que su estadía en ese sitio era reveladora, pues los llenaba de una nostalgia inevitable y súbita en donde precisaba tener autocontrol. La riqueza había representado su más grande fortuna, pero también la peor maldición que pudieron adquirir. NamJoon lo percibió y deseo con todas sus fuerzas comprender lo que pasaba por la cabeza de sus invitados ¿Qué era lo que les había sucedido?

Montaron al elevador, NamJoon les sonrió con cariño y cuando la puerta se abrió, los tres bajaron para continuar su camino hasta el departamento más grande y lujoso que había en el lugar.

JeRim se sorprendió al ver lo lejos que había llegado NamJoon, pero sí se ponía a pensarlo, era natural, el chico siempre tuvo un cerebro y una disciplina formidables.

Cuando abrió la puerta de su departamento, se hizo a un lado para dejar pasar a sus amigos. Namjoon entró y los guío hasta el comedor. JeRim y JungKook estaban nerviosos, por una extraña razón sentían que no pertenecían a aquel sitio, pero la situación no era incomoda.

Miun olfateaba cada rincón del lugar, moviendo su colita emocionada. NamJoon temía que aquel apestoso animal orinara su preciada alfombra.

— Maldita sea, creí que nunca ibas a llegar. — SeokJin se plantó enfrente del moreno, exasperado.

NamJoon levantó una ceja y formó una sonrisa de lado.

— Y es aquí cuando me pregunto si en realidad no eres mi madre.

Hoseok comenzó a reír.

— Es que Jin se muere de hambre. — Replicó el chico desde la mesa.

NamJoon posó la vista en el sitio percatándose de lo tarde que había llegado, todos los utensilios estaban en su sitio, perfectamente acomodados. JenHa se encontraba sentado a un lado de Taehyung y este a su vez a un lado de Hoseok.

Sus hermanos miraban fijamente a la extraña pareja que había llegado y cuando JenHa se percató de la presencia del perro, se levantó enseguida de su asiento para poder acariciarlo. Y NamJoon quiso arrancarle las manos a su hermana.

— Es hermoso. Su carita es la más preciosa del planeta. — Musitó la chica, abrazando al animalito.

JeRim le dedicó una reverencia sonriendo. Posó la vista en Hoseok, esperando a ser reconocida, pero al parecer al chico no le importaban ni un poco las visitas de NamJoon.

NamJoon carraspeo la garganta y se giró para señalar a sus invitados.

— Hoseok ¿Recuerdas a JeRim? — Preguntó. Hoseok asintió y se giró para ver a la chica. — Bueno, aquí está y él es su hermano, JungKook.

Al descubrir en aquella muchachita enclenque los rasgos perdidos de JeRim, Hoseok se puso de pie y se acercó para abrazarla, entusiasmado.

— ¡JeRim! ¡Dios mío, es tan bueno verte de nuevo! — Exclamó, estrechando a la muchacha.

Por su parte, JeRim le correspondió confundida. Estaba terriblemente impactada por el cambio que habían sufrido el par de chicos. Ambos eran realmente atractivos y al parecer, exitosos.

Nam los invitó a sentarse, JenHa corrió al cuarto de baño para lavarse las manos, mientras sus hermanos servían la comida.

JungKook y JeRim miraban el plato deseando postergar el momento, ninguno de los dos sabía cuándo tendrían la oportunidad de volver a comer una comida como esa y pensar en el tiempo los asustaba. JenHa regresó con dos trastos para Miun y le sirvió una porción al perro, en el otro colocó un poco de agua al presentir que la pequeñita estaba probablemente muy sedienta.

Seokjin se sentó al lado de JenHa y NamJoon tuvo deseos de asesinarlo. En cuanto JenHa regresó a su asiento, se aferró al muchacho, como si tuvieran años saliendo. Nam no pudo evitar soltar un bufo y SeokJin comenzó a reír. 

Hoseok tomó un sorbo de su sopa y miró a JeRim.

— Rim, cuéntanos como te ha ido. Dejamos de saber de ti. — Dijo el chico sin presentir el pasado de la jovencita.

En cambio, NamJoon era capaz de comprender el dolor en la mirada de su viejo amor. Bajó el rostro, pues, aunque tenía el deber de interferir, su curiosidad lo venció.

JeRim y JungKook intercambiaron miradas y cuando comprendieron que no había manera de evadir el tema, la chica se aclaró la garganta para darse la oportunidad de pensar en sus palabras. Suspiró y dejó sus palillos aun lado, comenzó a hablar: 

Me he estado planteando mi forma de escribir muchas veces. Cuando encuentro mis errores, me deprimo, pero cuando lo hago, hago lo posible por corregirlos y eso me hace crecer. 

Espero sus comentarios y perdón por la tardanza. Regrese a la escuela y bueno, ya saben. El tiempo se me fue de las manos. 

Pride and Disgrace.  [KNJ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora