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Una satisfacción momentánea lo rodeo por unos segundos; NamJoon se preparó para salir de la oficina. Cuando se encontró con Yoongi en el estacionamiento, subió sin saludarlo, el chico encendió el motor sin mirar a su jefe que al parecer, estaba tan absorto en sus pensamientos, pues en esa ocasión, Yoongi se sintió como un intruso. Suspiró y puso en marcha el vehículo.

NamJoon suspiró sin ánimos pensando en el error que había cometido al contratar a In Rae, pero ya nada podía hacer, las cosas estaban hechas. Miró su móvil con desgane y quiso marcar el número de su hermana para saber lo que prepararían para cenar. Desistió cuando se encendió la pantalla.

La radio tocaba una canción que JenHa adoraba, pero que NamJoon detestaba. Miró a Yoongi, molesto y le ordeno que apagará el aparato. El chico lo obedeció y tragó saliva, parecía ser un mal día para su jefe y sabía que pronto se volvería un mal día para él también.

El silencio reino en el interior del auto, de manera que lo único que llegó a los oídos del moreno, era el bullicio de afuera y los latidos de su corazón. Estaban por llegar al sitio en dónde NamJoon había encontrado a JeRim, desde que aquel día pasó, el chico simplemente evitaba mirar hacia esa dirección temiendo por volver a ser lastimado.

Yoongi lo miró por el espejo retrovisor y ladeo el rostro. Los ojos de NamJoon estaba perdidos en la nada y esa situación era por mucho, lo más extraño que pudo haber visto en años.

Entonces, Nam se giró de repente y le ordenó que se detuviera. Se desabrochó el cinturón de seguridad y bajó del auto. Le ordeno que se estacionará y que lo esperará. Se acomodó el sacó del traje y levantó la mirada con lucidez. Posó la vista en el horizonte y caminó sin temor alguno. Pese a que corriera el riesgo de salir con el corazón roto. Y cuando estuvo lo suficientemente cerca, la vio...

JeRim se encontraba en el mismo sitio repartiendo folletos con su pug negro revoloteando a su alrededor. La chica llevaba la misma ropa que la última vez. Su cabello caía sobre su rostro cubriendo gran parte de su ojo derecho y su expresión cansada asusto a NamJoon; de pronto, el joven pensó en las millones de penurias que pudo haber pasado la muchacha y su corazón se detuvo por un momento.

Al verlo, el perro comenzó a ladrar y a brincar rodeando a la chica. El animal, giró sobre su cola y paró de patas para advertirle a la muchacha. JeRim se giró para calmar a su mascota sin advertir en la presencia de NamJoon.

— Miun, tranquila. — Dijo con voz apenas audible y volvió la vista a las personas para continuar repartiendo.

NamJoon esbozó una sonrisa avergonzada, la muchacha no se percató de su presencia y aquel detalle sí que lo había frustrado.

Con la mente completamente en blanco, se acuclilló para acariciar al perro, pero Miun no se lo permitió. Enredó su correa alrededor de la pierna de la muchacha para evitar el contacto con la mano de NamJoon, la timidez del animal estaba molestando a NamJoon, frunció el ceño y se dio por vencido. No era capaz de articular palabra, la presencia de JeRim le imponía como ningún otra. Tragó saliva y se puso de pie, dispuesto a alejarse.

Pero entonces, JeRim se giró para calmar a Miun, sin mirar a NamJoon a la cara, comenzó a disculparse por el inconveniente. NamJoon sonrió.

— No te preocupes. — Dijo de repente, sin planearlo.

JeRim sonrió y por primera vez, miró al muchacho extasiada. El porte de aquel hombre maravillo su panorama. No podía recordar haber encontrar a un chico tan apuesto.

El desconocido lucía aquel traje sastre con un detalle impresionante. Tenía el cuerpo de un modelo y un aura deslumbrante. Su aroma a colonia inundó sus fosas nasales hasta el último momento y cuando levantó la mirada para admirar su rostro, se cubrió la boca al encontrar a su ex compañero de clases.

Pride and Disgrace.  [KNJ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora