---¿Su...sirviente?--- le miró sorprendido el androide albino.--- ¿Usted no tiene un sirviente? ¿Por qué yo? No tengo ni una semana de servicio en el reino--- Mafumafu disparaba demasiadas preguntas que ni el príncipe podía responder a su vez.
---¿Hay algo que te impida ser mi sirviente?--- su pregunta dejó casi sin salida al androide albino.--- ¿No quieres ser mi sirviente?--- su tono de voz fue casi amenazante, alertando al androide al escucharlo.
---¡C-claro que no!--- se apresuró a decir Mafumafu.--- Es solo que...
Detuvo su paso repentinamente, buscaba las palabra correctas para no ofender al príncipe y evitar que le cortara su cabeza artificial.
---Bueno, quieras o no, yo te quiero como mi sirviente personal--- el azabache le dedica una mirada oscura, siniestra.--- Y no puedes negarte a eso.
Mafumafu no le quedó de otra que asentir y seguir el camino al que los guiaba el pequeño príncipe. Cuando llegaron a dicha fuente, Mafumafu se percató de que el agua estaba casi llena de pétalos rojos de algunas rosas. Se acercó al agua y miró los pétalos que se movían suavemente, quiso meter la mano y tomar uno, pero si mojaba sus dedos, podría haber problemas por su movimiento eléctrico y el agua.
---¡Esta fuente dicen que es de los deseos!--- exclamó emocionado, Eve.--- ¡Muchas personas vienen aquí y ofrecen algo muy preciado a cambio de un deseo!.
---¿Un deseo?--- susurró Mafumafu.
---Y también vienen a hacer otras cosas como besarse y a decirse cosas de muy mal gusto--- las mejillas del pequeño príncipe agarraron un color rojizo.
---¡Eve! No debes entrometerte en la vida de los adultos--- le regaña su hermano mayor.--- Eso esta mal.
---¡Yo no tengo la culpa de que esos adultos vengan a hacer esas cosas en mi lugar favorito!--- se intentó defender el pequeño príncipe.
Mientras ambos jóvenes de la realeza discutían, Mafumafu seguía teniendo presente la palabra 》Deseo《. Él quería volver a encontrarse con su creador, quería regresar a la Luna, no se sentía cómodo estando allí.
---¿Cómo se pide un deseo, Príncipe Eve?--- pregunta el androide albino mientras sigue viendo los pétalos en el agua.
---¡Solo tienes que tirar una moneda de plata a la fuente y pedirla!--- dice el pequeño príncipe mientras eleva sus manitas al cielo.--- ¡Pero ojo! No puedes decirle a nadie de tu deseo, o sino no se hará realidad.
---No se hará...realidad...--- repitió las ultimas palabras ya dichas por el príncipe, haciendo una pausa hasta completar la palabra final.
---Debemos regresar, Eve. Tienes cosas que hacer--- ordenó su hermano mayor, tomándolo de la manga color celeste del traje del príncipe y jalando levemente de ésta con un solo propósito.
---¡No quiero! ¡No quiero ir a mi habitación!--- chilló el niño.--- ¡Siempre estoy solo! ¡Kradness nunca esta conmigo, y tú te volviste mucho más frío! ¡Me odian, todos me odian!--- comenzó a llorar el príncipe Eve.--- ¡Quiero estar con Mafumafu! ¡¡Él nunca me dejaría solo!!.
》Solo《, esa palabra le definía a Mafumafu en ese instante. Él se sentía solo, incluso lo hacia siendo un androide muy bien desarrollado.
---¡Quiero que estén conmigo!--- fue lo ultimo que escucharon el androide y el príncipe mayor, pues el príncipe Eve había salido corriendo de ahí y con dirección al castillo.
---¡P-príncipe Eve!--- Mafumafu iba a ir detrás de él, pero alguien le detiene con un leve agarre en su muñeca derecha.
---No vayas detrás de él. Ya se le pasará--- dijo el príncipe Soraru quien le miraba fríamente como a cualquier servidumbre del reino.--- Eve es un niño muy especial. Cuando nuestro padre murió, le afectó un poco más que a los demás. Tiene sentido, pues nuestra madre murió cuando Eve nació, y después nuestro padre murió por enfermedad. Eve casi siempre esta solo, no hay nadie que pueda convivir con él.
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Manos Robóticas [SORAMAFU]
FanfictionSu corazón era artificial, sus ojos tan irreales, y un extraño sistema creado para expresar emociones en un Androide albino. La pasta de esta historia se abre, dando paso a un Androide a las ordenes de su príncipe que busca quitar a su hermano del...