Capítulo 7.

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Decir que este lugar era espectacular era poco, no tenía palabras para describir todo lo que veía a mi alrededor, donde sea que miraba habían jóvenes haciendo cualquier actividad, incluso me pareció ver a lo lejos un tigre jugar con una chica que reía a carcajadas.

Ok, intentaré no perder el control y decirles lo que veo.

Al salir por la puerta trasera de la mansión se podía ver lo grande que era el lugar desde una terraza con balcón, parecía una fortaleza protegida a ambos lados por unos gigantescos árboles que se extendían a lo largo de todo el lugar hasta subir por una colina.

- Esto no parece una base militar por ningún lado.

A unos 100 metros se encontraban dos edificios lo más apartados posibles uno del otro. El de la izquierda estaba lleno de color, tenía pintados a blanco y negro retratos de personas famosas, entre ellos, Mark Twain, Leonardo Da Vinci, Janis Joplin, The Beatles, Michael Jackson, Isaac Newton, Charles Darwin, Martín Lutero, Gandhi y más personas que no conocía. También tenía en el frente del edificio figuras de naturaleza y arte abstracto que combinaban perfectamente entre sí. Y al ver eso yo sólo me preguntaba como pintaron todo eso a lo largo de siete pisos.

- Es que no lo es, Jenn y Charlie nos dejaron hacer de este lugar algo nuestro, algo propio con lo que nos sintieramos cómodos y seguros.

Diego se apoyó al barandal y miró como el sol se ocultaba poco a poco tras la colina. Yo me acerqué y miré el edificio de la derecha, ese lugar es todo lo opuesto al edifico colorido. No hay color por ningún lado, está al parecer lleno de frases, una de ellas más notable que el resto: "Cuando entendamos que no es un día más si no un día menos, empezaremos a valorar lo que realmente importa"

Que profundo.

- ¿Por qué hay dos edificios?¿Cuántos de ustedes hay aquí?

- Cuántos de nosotros- corrigió. - Ahora con Jill y tu somos 50.

- Cincuenta jóvenes con poderes corriendo por ahí... Jenn y Charlie tienen mis respetos.

Diego bajó por una escalera que había a un lado y lo seguí mirando todo a mi alrededor. Un grupo de chicos que pasaban riendo me miraron y luego a Diego exigiendo una explicación con la mirada.

- Este es Drew, el nuevo- dijo pasando su brazo sobre mis hombros.

- ¿Hay nuevos?- una chica pelirroja apareció detrás de nosotros y salté del susto.

- Dios, acabo de llegar y ya me quieren matar- llevé mi mano al pecho y miré a la chica.

- ¡Hola!- la pelirroja se puso frente a mi y pude notar que su cara reflejaba completa emoción.

- ¡Hola!- respondí de la misma manera, está chica se veía tan agradable y su actitud positiva era tan contagiosa que me sorprendió.

- Me cae bien- dijo antes de desaparecer, sí, desaparecer.

- Jesucristo...- murmuré asombrado.

- ¿Por qué sus ojos son normales?- preguntó uno de los del grupo.

- Ni idea, pero ya le hicieron la prueba y fue positiva así que...

- Soy Jack, mucho gusto- dijo un chico de cabello negro.

- Yo soy Levi y ella es Malia- dijo el otro chico y señaló a una joven más bajita que todos y que tenía la cabeza enterrada en un grueso libro.

- Soy María Alejandra- dijo sin apartar la mirada de la hoja.

- Todo el mundo le dice Malia, así que puedes decirle así también- dijo Jack.

Les di a todos un apretón de manos menos a Malia que lucía muy concentrada en su lectura.

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