La mañana siguiente, a primera hora del día cuando entramos a Biología, Andrew se sienta en el pupitre a mi lado.
—¿Cómo estás, preciosa? Oye, ¿hiciste los tres capítulos? —pregunta— El viejo los está pidiendo.
Aparto la vista de la ventana, a través de la cual me encontraba mirando pensativamente para responderle.
—Sí.
Abro mi bolso y le entrego la carpeta que los contiene. Como ayer no pudimos quedar de acuerdo con el tema del proyecto, y de paso tampoco hice el empeño de volver a hablar con él antes de irme a casa, me sentí obligada a hacer los capítulos que Marshall pidió.
Bueno, no me sentí obligada; lo hice para mantener mi mente ocupada en otra cosa que no fuese mis problemas con Fred. O mejor dicho, mi problema con Fred llamado Mary Gilbert.
—Toma, ve a llevárselo tú. Al final elegí el tema de las piscinas que me dijiste, no se me ocurrió más nada.
Drew se levanta para entregárselo al profesor y mientras tanto aprovecho para mirar que está haciendo Ashley, que está sentada junto a nuestra amiga Brianna. En los únicos dos días que llevamos de clase, Biología se ha convertido en la materia que más odio; no solo por lo que me ha causado el bendito proyecto ese de mierda, sino porque no me puedo sentar cerca de mi mejor amiga, como me gusta y estoy acostumbrada.
Estos últimos meses de escuela que me quedan prometen.
Prometen ser los peores de la historia.
Dios quiera que esté equivocada, pero presiento que la pesadilla que viví ayer solo fue un adelanto de lo que me espera; tuve la corazonada cuando hace unos minutos metí sin darme cuenta los zapatos en un charco de lodo mientras entraba al colegio. ¡Eran nuevos y se supone que me los puse para que me subieran el ánimo!
Y para rematar, como si no fuera suficiente, por lo que veo Freddie no vino hoy. Mary Gilbert tampoco aparece, cosa que me llena de suposiciones y hace deprimir aún más.
Ayer en la noche cuando terminé de hablar con Ashley por teléfono, debido a lo que me contó me dieron ganas cortarle a Freddie antes de que a él se le ocurra cortarme a mí. Lo consideré con seriedad y pensé en ello durante horas, pero después me pregunté a mí misma: ¿Acaso voy a rendirme tan fácilmente? ¿Voy a dejar que una recién llegada me quite a Freddie?
La respuesta que me di a todo eso fue un rotundo no.
La nuestra es una relación de años, y no puedo rendirme sin dar batalla primero. Lucharé todo lo que pueda aunque me duela darme cuenta que su corazón está dirigiéndose a otra dirección, porque no tengo dudas de que sí siente algo por la hija de la criada. Él mismo se puso en evidencia; siempre ha sido una persona sensata pero ayer, por defenderla a ella, se puso de una forma en la que jamás lo había visto. Por primera vez Fred me habló de ese modo, casi hasta llegar al punto de insultarme.
—¿Dónde está Fred, no salió de tu casa contigo? —interrogo a Ash cuando Marshall se retira, antes de que la otra profesora que nos va a dar clase llegue al salón.
—¡Hola! Estoy muy bien, gracias por preguntar —me responde con sarcasmo—. También se vale saludar, ¿sabes?
—Sí, sí. Lo que sea. No es momento para eso, Ashley. ¿Por qué tu hermano no vino a clases y Mary tampoco? Dime rápido antes de que Brianna vuelva del baño o llegue la profesora.
—Bueno, Freddie no vino porque supuestamente se siente mal; esa fue la excusa que dió. Y Mary... ¿quién sabe? Lo más seguro es que sea por lo que le pasó ayer.
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La Mala del Cuento [Editada]
Teen FictionLa vida de Eleanor es perfecta. Es popular en la escuela, sus padres tienen dinero, y está en una relación envidiable con un chico que parece sacado de un catálogo. Pero eso último se verá en peligro con la llegada de una misteriosa chica a su coleg...