Verse al espejo le resultaba poco cómodo, había sido recordada tantas veces del parecido a su madre que cada vez que se veía a sí misma, no podía evitar preguntarse si realmente lucía de la misma forma.
Habían pasado tantos años desde su ultimo recuerdo, que verse y no encontrar similitud le sabía extremadamente amargo. Pero, ¿Cómo podía culparse de no recordarla? si no poseía ni una sola fotografía que la ayudase, sin embargo, lo hacía.
Culpaba a su padre, por deshacerse de todos y cada una de sus memorias, de sus fotos, de su ropa, de ella.
Faltaba poco mas de un hora para que sus amigas pasar a recogerla.
Tomó el tinte y lo aplicó con suavidad sobre sus labios, disminuyendo la intensidad del color rojo y mezclándola con el color natural de su boca, creando una tonalidad llamativa pero a la vez sutil.
Aplicó una ligera capa de rubor sobre sus mejillas y por ultimo rizó sus pestañas.
Retrocedió unos pasos para verse completa y apreciar a detalle su atuendo. Subió las mangas de su holgado suéter rosado y confirmó que el cierre de su falda de cuero negro estuviera en su lugar.
Permaneció inmóvil frente al espejo unos minutos, en silencio, observando cada rincón de su rostro, de su delgado cuerpo, su pálida piel.
Suspiró y se encogió de hombros, preguntándose si alguna vez su madre se habría sentido así de nerviosa antes de encontrarse con papá, o cualquier otro chico. Sonrió ante la idea.
De tan solo pensar que en menos de una hora lo vería competir, sin playera, le comenzaba un extraño y divertido temblor en la panza, tal como si estuviese muerta de hambre. Como si un enorme enjambre de mariposas hubiera sido liberado en su estomago, revoloteando sus pequeñas alas dentro de ella, desesperadas por salir.
Inhalo profundo y se sacudió, en un inútil intento de deshacerse de aquella vergonzosa sensación.
Pasaron más de treinta largos minutos en los que no paraba de fantasear con todo lo que le diría apenas lo tuviera en frente, cómo lo felicitaría por su victoria (obviamente ganaría), la manera descuidad y juguetona en la que empujaría con la mano su hombro...
Sonó su celular y la pantalla se iluminó con el mensaje de su amiga informándole que llegarían en menos de cinco minutos.
Apenas leyó el mensaje, saltó de la cama y tomo en un movimiento rápido su bolso, para salir disparada de su habitación en dirección a la entrada de su casa.
Caminó a paso apresurado por el pasillo hasta llegar a la sala de estar.
Allí estaba ella, sentada en el sillón marrón, con un libro en una mano y una taza de café en la otra.
--¿Vas a algún lado?
--Saldré con Tae rim y las chicas --notificó deteniéndose frente a la mujer.
Dejó la taza de café sobre la mesa central y observó a Yun.
--Bien. --dijo condescendiente, cerrando su libro y dejándolo por un lado. -- No llegues tarde, por favor Bak Yun.
Tuvo la intensión de dar media vuelta y alejarse, entonces recordó.
--¿Y mi padre? --
La mujer se encogió de hombros y guardo silencio sin apartar la mirada.
Que pregunta tan tonta.
Asintió. Entendía perfectamente su silencio.
Yun hizo una pequeña reverencia y se largo.
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Painful Melody ➳ Myg + Jjk
FanficLa muerte resulta ser más dolorosa para las personas que a su alrededor quedan con vida, traumática. He cometido el error de esconderme en el silencio, refugiarme en la calidez de mis recuerdos, evadir el descarnado dolor que conlleva "madurar". E...