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-Joder. Que así no, niña.-- regañó frustrado, recargando sus brazos en las teclas del piano haciendo que un fuerte ruido desafinado se escuchara por todo el salón. - Pensé que ya habías entendido, Yun.-- la miró, ella solo sonrío con inocencia.

- Es difícil leer las partituras y a la vez tener que concentrarme en tocar las teclas.-- imitó la acción del instructor y se recargó en el piano sin dejar de verlo.

Mantuvieron el silencio por varios segundos, hasta que él apartó la vista. Se levantó del asiento y meneó la cabeza como seña para que ella lo siguiera. Sin pensarlo mucho, Yun lo hizo.

Caminaron hasta la cocina de la casa. 

En ningún momento la volteó a ver, el sonido que emitían los pasos que ella daba eran suficientes. Un sin fin de sentimientos le invadían cada vez que la chica asistía a las clases, melancolía, frustración, soledad ... Detrás de la sonrisa de todos los días que Yun le dedicaba, él solo podía ver como su falsedad era reflejada en la comisura de sus labios al ensancharse contra dicho gesto.

Ese día Yoongi estaba más desarreglado que cualquier otra clase, las marcas bajo sus oscuros ojos denotaban cansancio, no hacía más que estar distraído. 

Instantes atrás en el salón, no se había equivocado ni una sola vez, fueron tantas las veces que Yoongi encontraba una falta cuándo no había, decidió dejarlo pasar y darle por su lado.

La curiosidad por saber qué pasaba por la cabeza del rubio la carcomía.

Se detuvo antes de chocar con su espalda pues este paró de pronto, tomó de nuevo su distancia y observó cómo se dirigía al refrigerador. Era la primera vez que hacía algo así. Darle, sin quererlo, un pequeño recorrido a su casa.

Yun vio a su alrededor, era una habitación sumamente espaciosa, le recordó a esos sets programas de cocina que Sook suele ver por las mañanas, incluso cuando nunca realiza ninguno de esos riquísimos platillos.

Se tomó el atrevimiento de sentarse detrás de la barra, que daba camino a la enorme mesa, en espera de Yoongi.

Después de segundos, él volvió con dos botellas de soju, abrió la suya y dio un largo trago. Bak observó la acción con demasiada atención, no pudo evitar pensar en la primera vez que vio a su padre tomar frente a ella.

Apartó la mirada, también la botella.

-No me gusta.-- susurró cohibida, regalándole una diminuta mueca de desagrado a la bebida mientras la alejaba.

Falto de expresión Yoongi tomó dicha botella y la abrió, de inmediato dio su primer trago a esta. El rubio soltó un sonoro suspiró después de dejar la botella medio vacía y caminó hacía la alacena, de ahí sacó un vaso se vidrio y la miró, lo que a Yun le parecieron horas. 

Y es que su mente no hacía más que divagar en un sin fin de pensamientos relacionados con el estado ausente de su compañero de instituto. Sus ropas despreocupadas, la corvatura que se formaba en su espalda al caminar quizás a causa del cansancio, haciéndolo adoptar la apariencia de un gato con cabellera clara y cuerpo rígido, como alerta. 

Alzó una ceja y sonrió burlón.

-Yun-sii, te he preguntado si quieres un poco de agua.-- apesar de la voz demandante y burlona con la que se dirigió a ella, Bak no pudo evitar sentirse un poco nerviosa.

Asintió furtivamente.

Cuando ante sus ojos, solo se encontraba la espalda del chico, se permitió soltar todo el aire que sin darse cuenta había retenido.

-¿Por qué nunca hay nadie a estas horas?-- preguntó una vez  Yoongi había regresado con el vaso lleno del cristalino líquido.

Bebió un poco, bajo la mirada expectante.

Painful Melody ➳ Myg + JjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora