Sus pies descalzos yacían inmóviles sobre una suave superficie helada, sus ojos sellados permitiendo que pequeños copos de nieve reposaran sobre sus pestañas. Estaba atrapada dentro de su cuerpo, sin posibilidades de huir, sin ganas de intentarlo. Una glacial brisa sopló, alborotando algunos de sus oscuros cabellos, el frío no logró sacudirla.
De pronto, un sonido lejano perturbo el silencio que le arropaba.
Abrió los ojos.
Un precioso blanco cubría el panorama a su alrededor, llenó sus pulmones de aire fresco. Grandes pinos forrados de las puntas hasta el tronco, así como el suelo pastoso, de un blanco de terciopelo. Abajo de ella unas vías de tren temblaron anunciando su partida.
Aquel distante sonido desapareció.
Fue entonces que, forzando cada uno de sus músculos, se impulsó hasta quedar sentada en medio de las vías. El frío calaba sus huesos y vaho salía de su boca mientras que con sus manos frotaba ambos brazos buscando algún calor que la reconfortara.
— Falta mucho.— una dulce vocesilla la hizo girar alarmada, a su lado una pequeña niña de rodillas la observaba, sus miradas se conectaron y de pronto cualquier miedo se desvaneció en Yun. Apenas y pudo articular alguna palabra, su garganta se encontraba rasposa, seca. — Para terminar, es un largo camino, tenemos que seguir.— la pequeña se giró señalando la continuación de las vías. La niña se levantó dejando a la vista sus piernas y pies totalmente descubiertos, hasta ese momento Yun se dio cuenta que ambas portaban un ligero vestido blanco adornando con encaje.
La nieve caía sin reparos, y aunque la mayor comenzaba a sentir su cuerpo pesado, siguió a la niña, cuestionandose cómo es que se había alejado tanto de su hogar.
—¿Qué hacemos aquí? ¿Cómo es que llegué? ¿Dónde están tus padres?— bombardeó de preguntas a la pequeña, quién caminaba con toda calma jalando de su brazo cada vez que Yun se quedaba muy atras. —Por Dios, ¿Cómo te han dejado salir? Es un congelador aquí afuera.—
—Papá se ha quedado dormido en la sala, y mamá... vamos a encontrala.— se giró hacia Bak Yun y le sonrió. Quizo preguntar a qué se refería, pero la niña volvió a hablar. — Antes de irse, ella dijo que nos estaría esperando, así que debemos ir, Yun.— su voz generó un gran eco, la mayor volteó a sus alrededores y, entre aquel desierto blanco y helado, un color rojo resplandeció, maravillandola por completo. Sin darse cuenta fue soltando poco poco la mano de su acompañante, hasta separarse completamente. — Solo debemos seguir el camino a casa.
No supo en qué momento había caminado hacia aquella rosa desviandose, saliendo de las vías, pues ya se encontraba de rodillas apreciando a la bella flor frente a ella. Y con la curiosidad de un infante, acercó su mano con la intención de arrancar la rosa desde la raíz.
Aquella fascinación fue efímera, pues tan pronto hizo contacto con el tallo, soltó un alarido de dolor acompañado de una fuerte brisa glacial, sus dientes comenzaron a castañear, dejó de sentir su cuerpo como propio. Entonces, su mirada se fijo en como la nieve del suelo comenzaba a tornarse de un color escarlata, alarmada giró en busca de su acompañante, pero estaba sola. Pudo escuchar cómo la naturaleza parecía burlarse de su desgracia, pudo sentir cómo su corazón se comprimía, sus ojos amenzaban con derramar lagrimas, sus pensamientos a punto de traicionarla y ceder ante el pánico; otra vez la habían dejado.
Una calidez reconfortante se extendió por su hombro derecho, sintió cómo alguien se incaba a su lado, y sin miedo al tallo de aquella rosa, una palida y delgada mano la tomó, Yun pudo ver las espinas enterrarse en la manos de su nuevo acompañante, pero no parecía importarle, la sangre caía mezclandose con la escarlata de la chica adornando la nieve. El chico a su lado le ofreció la flor, fue ahí cuando ella fijó su vista en él. El rubio de su cabello era particularmente claro, casi como plateado blanquizco, caía elegante sobre sus ojos que a su vez estudiaban cada imperfección en su rostro y, al igual que ella, no portaba ningún tipo de abrigo. El frío se esfumó, la nieve seguía cayendo sobre y alrededor de ellos, pero no parecían sentirla. Bak Yun ya no tenía frío.
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Painful Melody ➳ Myg + Jjk
FanficLa muerte resulta ser más dolorosa para las personas que a su alrededor quedan con vida, traumática. He cometido el error de esconderme en el silencio, refugiarme en la calidez de mis recuerdos, evadir el descarnado dolor que conlleva "madurar". E...