"Disgustos y disgustos, separados o juntos y al final la coma se va a convertir en punto.
Y es normal que diga que no sabe cómo amarme.
Es normal que diga que mejor separados.
Es normal, yo sé que no me adapto a lo que pide, pero a veces es que pide de más.
Y es normal que suelte mierda de mí por su boca. Normal, a pesar de saber que se equivoca"2014
Cuando Agoney cumplió dieciséis años le faltaban ganas de celebrarlo y le sobraban ganas de quedarse tranquilamente tirado en su habitación. Solo. Viendo una película o leyendo alguna biografía. Quizá incluso le apeteciese que su mejor amigo le acompañase en el plan y comiesen alguna guarrería y soplasen un cigarro en vez de las velas.
Pero no quería eso.
No quería una borrachera. No quería a Nerea mareada a punto de vomitarle en las botas.
No quería a Alfred cantándole no sé qué de unas luces en mitad de un amarillo.Iba a matar a Raoul.
Porque por culpa de su gran idea Miriam estaba dejando a su novio por teléfono sentada en un bordillo con un vaso de chupito en la mano que Amaia no dejaba de rellenar.
Mireya estaba cantando una canción de Rocío Jurado mientras le enseñaba a Raoul fotos de Álvaro y le gritaba lo bueno que estaba.
Y bueno, Ricky y Mimi, que se estaban marcando una performance pidiendo que les diesen las gracias por haber comprado el alcohol.
Agoney acabó sentándose en un banco que Mireya reclamó como suyo pero que el canario no escuchó.
Se sentó y le quitó a Alfred el porro de la mano, dándole una corta calada.
El moreno no tardó en sentarse a su lado y quitarselo a él.
"Si quieres compartir porro, lo vamos a hacer a mi manera"
Ago alzó una ceja mirando como Alfred le daba una calada larga al cigarro y se quedaba el humo en la boca.
Sintió la mano del catalán en la nuca y luego sus labios sobre los suyos.Sintió el humo colarse en su propia boca al principio y luego lo vio escaparse por todos lados cuando Alfred tiró el porro al suelo rápidamente y lo sujetó con las dos manos.
Le estaba besando. Pero no un besito como el que se dieron la primera vez, no. Estaba liándose con él y él estaba tan sorprendido que no paraba.
Cuando su cabeza y su cuerpo volvieron a sincronizarse posó sus manos con delicadeza en los hombros del otro y, con la voz más dulce que le salió, preguntó: "Alfred, ¿qué haces?"
-Te beso.- Respondió el otro como si estuviese diciendo la mayor obviedad posible. Que de hecho, pensaba el cumpleañero, lo era.
-Ya, hombre, pero por qué me besas, digo.
Alfred rió con los ojos más achinados que nunca y le acarició una mejilla, donde empezaba a intuirse una pelusa que se convertiría en barba, y respondió, otra vez, como si le preguntasen que cuánto es uno más uno.
-Pues, Ago, porque me gusta besarte.
Agoney rió y le dio un pico, apartándose al segundo y diciendo "Esos son nuestros besos"
Raoul mientras tanto estaba a punto de perder la cabeza por la idea estúpida que había tenido.
Mireya no se callaba, literalmente llevaba cuarenta y cinco minutos cantando coplas mientras veía fotos de su hermano Álvaro.
A Mireya se le había unido Nerea, que lloraba porque tenía sueño.Y encima le habían montado un espectáculo delante.
Ricky y Mimi se restregaban cantando una canción de Lady Gaga, pero poco le importaba aquello si, justo detrás suya tenía a Alfred y Agoney liándose en un banco.
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Al paraíso.
Fanfic"desde entonces no ha habido otra historia que mereciera la pena vivir"