"Solo los valientes saben que es inútil
pelear con la tormenta.
Eres agua;
es inútil huir de ti.
Inundas y arrasas"2015
Fue en Adeje, un verano, que Raoul se dio cuenta de lo que sentía por su mejor amigo.
Salieron de fiesta y un chico les coló en una discoteca, como si nada, o eso creyeron, ya que a mitad de la noche se pegó a ellos, más concretamente a Agoney y le tocó ser un candelabro las siguientes horas.Vio como acabaron en un sillón besándose y dándose cariño en algún punto, y a él, como el gafe que siempre fue, no dejaban de acercársele chicas.
Nunca había visto a Agoney en una situación así y tenía sentimientos encontrados, estaba entre las ganas de gritar, llorar, de pelearse y demás porque se le comían los celos y las ganas de besar a cualquier persona por cómo se había puesto.
En algún momento, entre copas y bailes, Ago había desaparecido del sillón con aquel chico y Raoul sintió que iba a vomitar.
¿Dónde se había metido?
Lo vio salir del baño después de haber estado buscándolo por todas partes, con una sonrisa estúpida y todo despeinado.
Sus impulsos lo llevaron a ir corriendo hacia él y cogerlo de la pechera, enfadado.
-¿Se puede saber dónde estabas? Llevo más de media hora buscándote.
-¿Dónde voy a estar?-preguntó abriendo la boca y relamiéndose los labios- Amigo- rió- No hace falta ser Einstein.
-Que te jodan, Agoney.- le dijo soltándolo y dándose la vuelta.
-¿Otra vez?- se carcajeó a lo lejos, y Raoul comprendió entonces que estaba completamente borracho.
Así que volvió a dónde estaba él y, cogiéndolo de la mano, lo sacó de allí, empujando a todo el mundo y soportando las quejas del otro chico.Tenía la mirada perdida y las mejillas sonrojadas, tropezaba cada tres pasos y subía de más el tono de voz.
Lo sentó en un bordillo y se arrodilló frente a él.
-¿Que has hecho, Ago? Que vas muy pedo...madre mía.
-Me he liado con él solo, bueno-rió exageradamente- un poco más, pero-hipaba y balbuceaba haciendo que lo que decía fuese completamente indescifrable- él quería llegar hasta eso pero yo no quería.
Raoul respiró hondo, con alivio, le había acojonado pensar que aquel tipo podía haberse aprovechado de Ago.
Le cogió la cara con las manos y le dio un beso en la frente.
Agoney se revolvió, alzó la cara y juntó sus labios.Era la primera vez que pasaba, y aunque no sería la última, solo el rubio guardaría el recuerdo.
Lo atesoraría durante años y soñaría con ello cada noche de cada día que Agoney no le habló.
Levantó a su amigo del suelo con cuidado, pasó un brazo por su cintura y un brazo de Agoney por encima de sus hombros, tardaron una hora en llegar a casa del canario, porque le costó andar por ambos.
Al llegar, le forzó a beberse prácticamente una botella de litro y medio de agua.
Lo desvistió con cariño, pensando que jamás pasaría de nuevo y fantaseó con hacerlo cada día, lo acostó y, cuando iba a irse a su habitación, Ago se desperezó y le pidió que por fi, durmiese con él.
Y él, como el perrito faldero que era, se tumbó a su lado y cubrió ambos con la sábana.
Cuando supo que su amigo estaba dormido se giró hacia él, sonriendo, le besó la punta de la nariz y juntó sus cuerpos cuanto pudo.
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Al paraíso.
Fanfiction"desde entonces no ha habido otra historia que mereciera la pena vivir"