Tsundere [2Jae]

JinGyeom 2

Mientras YoungJae seguía coqueteando con su novio, Jinyoung buscaba desesperadamente a Yugyeom. Para desgracia del más alto, Jinyoung lo conocía tan bien que hasta había descubierto sus lugares secretos, como el tercer baño del segundo piso, exactamente la puerta tres, porque según Yugyeom ahí nunca apestaba. Fue la segunda opción de Jinyoung buscar ahí y, en efecto, en ese lugar se encontraba.

—¡Yugyeom! — llamó, pero nadie respondió — ¡Pie grande! — tampoco nadie — No me hagas esto... — su voz salió como un quejido, suspirando antes de soltar lo siguiente — Gyeomie~

—¿S-sí?

—Agh, como me desagradas. Hey, ya sal de ahí por favor.

—No quiero.

—¿Por qué no?

—E-estoy demasiado avergonzado... — el corazón del mayor comenzó a latir con fuerza y una boba sonrisa, que afortunadamente nadie podía ver, se formó en su rostro — V-vete.

—No me iré, necesito hablar contigo.

—N-no quiero hablar... M-me dirás que fue solo un impulso — la voz infantil del más alto en lugar de irritarle, le causaba ternura, pero no podía dejarse vencer.

—Gyeom... N-no fue un impulso... Lo hice porque... P-porque quería hacerlo.

Lentamente la puerta número 3 comenzó a abrirse, dejando ver a un chico rojo como un tomate a través de esta.

—¿R-realmente lo hizo porque quería Hyung? — el mayor desvió la mirada totalmente sonrojado y asintió despacio — Jinyougie Hyung... — salió completamente de su escondite con una enorme sonrisa dibujada en su rostro — ¡Jinyougie Hyung! — corrió hacia el pelinegro estrechándolo entre sus brazos — ¿E-eso significa que siente algo por mí? — Jinyoung pensó que ya no servía de nada negar que estaba loco por Yugyeom, él no merecía eso.

—N-no siento algo por tí... Yo estoy enamorado de tí.

Toda la emoción que el menor había estado conteniendo finalmente salió en forma de lágrimas y un fuerte abrazo para Jinyoung, seguido de un beso en su frente.

—Me acaba de convertir en la persona más feliz de la tierra, no, ¡del universo! — Jinyoung se separó brevemente del menor, fijando su vista en su rostro. Al ver sus mejillas rojas, ojos brillantes, y la preciosa sonrisa en su rostro, estuvo seguro de que jamás se arrepentiría de haber confesado al fin sus sentimientos.

No me aguanté 🌚