Tsundere [2Jae]

Felicidad

YoungJae intentaba calmar a su novio gelatina en esos momentos. Conocer a los padres del mayor había resultado tan emocionante para él que decidió invitarlo a su hogar para presentarlo adecuadamente como su novio, aunque ya toda su familia lo sabía, pues ese mismo día llegó chillando emocionado por la noticia.

En ese momento Jaebum se encontraba sentado en el sofá esperando a que los padres del menor regresaran del trabajo. Temblaba tanto que sentía como si fuera a desarmarse en cualquier momento. YoungJae intentaba tranquilizarlo acariciando suavemente su mano, pero ni aún así podía calmarse.

El corazón del azabache se paralizó cuando escuchó el sonido de unas llaves en la puerta. Automáticamente se levantó del sofá cuando ésta fue abierta por completo.

El señor y la señora Choi entraron entre risas y una conversación muy animada, e inmediatamente se acercaron a saludar al azabache.

—Im Jaebum, ¿no? — el nombrado asintió en silencio — ¡Increíble! Creí que jamás te conoceríamos, ¿verdad cariño? — el padre de YoungJae asintió emocionado, al igual que su esposa — YoungJae nos ha hablado tanto de tí que ya te sentimos parte de de la familia.

—M-muchas gracias.

—¡Oh, basta! No tienes que ser tan formal~

—Jaebumie está nervioso mamá. Pero no tiene porqué, ¿verdad? — Jaebum rascó detrás de su oreja y sonrió nervioso — A mamá y papá les agradas mucho.

—¿E-es así? — ambos progenitores asintieron — ¿Por qué?

—¿Cómo podría no agradarnos alguien que hace sonreír a nuestro hijo de esa manera? — tanto YoungJae como Jaebum se sonrojaron luego de eso. Y es que era cierto. Jaebum hacía tan feliz a YoungJae que resultaba inevitable para los padres del menor adorar tanto al azabache.

Durante el transcurso de la tarde Jaebum fue perdiendo poco a poco la timidez, y logró entablar largas conversaciones con los padres de su novio. Agradecía infinitamente que fueran personas pacientes y dulces, iguales a YoungJae.

—¿No quieres pasar la noche aquí, Jaebum? A YoungJae le gustaría. ¿Verdad, hijo? — YoungJae miró a su madre con los ojos bien abiertos.

—¡M-mamá! No digas eso, o Jaebumie pensará mal de mí... — un puchero se formó en sus labios y sus mejillas de tiñeron de rojo. Lucía tan malditamente adorable que Jaebum tuvo que luchar contra sus ganas de lanzarse hacia él y besarlo. “Lamentablemente” sus palabras no pudieron ser controladas.

—Jamás pensaría mal de tí. Eres mi bebé precioso — soltó sincera y rápidamente, arrepintiéndose al instante cuando todos dirigieron su mirada hacia él — D-digo... E-eh.... ¡Y-yo debo ir a comprar el pan!

—¡Jaebumie! — se lanzó a sus brazos hundiendo su rostro en el pecho del mayor — E-estoy avergonzado, pero muy feliz — eso último lo susurró bajito. Los padres del rubio se habían ido hace unos segundos para no avergonzar más al par — Gracias por ser valiente y venir hoy. Lo aprecio demasiado — Jaebum sonrió y abrazó con fuerza al menor.

—Sabes que haría esto y más por tí, bebé.

Cada vez tengo más problemas para pensar en un buen título para cada capítulo JDJDJDJKDKF