XXXVII

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Y ya es inútil fingir,
¿de qué sirve negarlo ahora?
No tengo arreglo, no tengo remedio.
Y si existe, no lo encuentro.

Y puede que las cicatrices ya apenas se vean, que parezca que nunca han estado.
Que en mis brazos yo nunca haya visto lágrimas rojas caer.
Pero es todo mentira, pues había pasado.

Todo se ha destruido, esa pizca de esperanza que quedaba ha desaparecido por completo y ya ni sé por qué.

Siempre he intentado pensar que no era mi culpa,
que yo solo era una pasajera en un tren esperando a su destino,
el cual se supondría que sería feliz.

Pero, ¿y si tienen razón?
¿Y si en realidad es todo tan fácil como dicen?
Entonces, ¿por qué soy invisible?

¿Porque me siento forzada a tomar la iniciativa?
¿Porque si no comienzo la conversación, ésta nunca se lleva a cabo?
¿Y si molesto? ¿Es por eso que tengo que empezarlo todo?

Y dicen que puedes contar con ellos,
que estarán ahí para ti.
Pero nunca se acuerdan de ti,
y es en ese momento cuando algo parece que se ha roto.

Y no sabes el qué,
sólo sabes que se ha destruido.
Y que es culpa tuya.

Pero aún así no puedo evitar continuar así,
escuchando pero no entendiendo,
escribiendo de todo y de nada,
esperando a algo que no ocurre,
fingiendo, mintiendo, ocultando.

Y nadie puede arreglarme,
sólo tú.
Lo repito intentando creermelo.
No he parado de mirarme al espejo.
Y sé que es verdad, sólo tú.
Sólo yo.

Y nadie más,
pues ya no queda nadie.
Sólo yo.

Poesía Infinita {Poemario} TERMINADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora