Poesía Infinita {Poemario} TERMINADO

XLIV

He estado soñando. Más de lo normal.

Mi imaginación ha jugado conmigo y mi cerebro me ha hecho creer que lo que veía, lo que pensaba, lo que soñaba, era real.

Pero no.

Nada era real.
Era demasiado extraño para ser real.
Y la vida es extraña, pero no tanto.

Pero entonces vi pequeños detalles en aquellos sueños que sí que eran reales.
Aunque no representaban ni un 1% de los sueños ni eran la mejor parte de los mismos.

Por ejemplo, el sonido de la lluvia, del mar, de los coches.
También recuerdo el olor de un perfume.

Aún así, lo que más recuerdo son caras y ni siquiera eran caras conocidas.

Pero no era necesario que lo fueran porque esas caras mostraban distintas expresiones: decepción, tristeza, repulsión, molestia, ira.

Honestamente, no sé cuál me asustaba más.

Y ahora que lo pienso sí logré distinguir una cara.

Era yo.

Pero no estaba con esa multitud de personas, estaba en una esquina, apartada, sola.

Y la oscuridad se alejó por un momento y pude ver que la cara también tenía un cuerpo.

Y que ese cuerpo estaba destrozado.

Yo estaba luchando contra mi misma.

Pero la cara no parecía expresar ira, tristeza ni miedo.

De hecho diría que no sentía nada.
Yo no sentía nada.

Igual esa parte del sueño sí era verdad.