Capítulo 16

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¡Hola Lectores!
Y como se los prometí ya hay capítulo nuevo!!!
Me emociona mucho volver a escribir, y estar de nuevo con ustedes.
Les agradezco tanto por la paciencia que me tuvieron y a aquellas personas que me han apoyado desde un principio.
Y sin más los dejo leer, espero que les guste.

XVI

La luz del sol me encandiló y eso hizo que me despertara enseguida.
Lo primero que pensé fue en Maxon y me levanté rápidamente de la cama, provocando un leve mareo. Me senté de nuevo y espere a que ya estuviera bien despierta y en mis cinco sentidos.

—¿Ya se fue Maxon? —me pregunté a mí misma.
Movi la cabeza para despejamer y me tapé los ojos.

—Buenos días America, y no, el Príncipe Maxon aún sigue aquí en el palacio, en unos instantes se irá —dijo Donia mientras entraba con vestidos y toallas.

Me sobresalté, no había notado su presencia.

—Buenos días Donia! Oh gracias —mi voz sonó triste.

—¿Me permites darte un consejo? —preguntó Donia.

—Claro, dime —me levanté de la cama y me dirigí al tocador para comenzar a arreglarme.

—Baja America, ve a despedirlo. Arréglate aún más hermosa de lo que eres —me guiñó el ojo.
Me ruboricé al instante

—En realidad no sé qué hacer —levanté los hombros.

—Si no lo ves y lo despides te arrepentirás, yo sé lo que te digo, y por la confianza y el cariño que te tengo, de todo corazón te lo digo —comenzó a cepillar mi cabello.

—De acuerdo, iré a verlo —le sonreí por el espejo.

—Muy bien hecho —dijo y ambas nos reímos.

Donia me peinó con un chongo súper sencillo, y me puse un vestido casual, que me llegaba justo a las rodillas, y la falda tenía un poco de volumen, lo que le hacía que se viera sencillo pero formal.

Salí de la habitación para bajar al salón, cuando de pronto vi a Maxon que también caminaba por el pasillo. Tenía la mirada hacía bajo, pero en cuanto miró al frente me vió y apareció una gran sonrisa en su rostro. Ambos nos dirigimos hacia la misma dirección para encontrarnos.

—America pensé que ya no te iba a ver, te ves hermosa —acortamos la distancia y ya nos encontrábamos frente a frente.

—Gracias Maxon —me ruboricé y él lo notó, sonrió al instante.

—Quiero decirte que todo lo que te dije anoche fue cierto America, necesito que confíes en mí y que sepas que realmente lo voy a hacer —tomó mi mano —por favor dime que me crees —al sentir su tacto mi piel vibró e inmediatamente la quité.

—Pero yo ya te dije que tengo un compromiso con Liam y no puedo fallarle —bajé la cabeza y negué.

—Mírame por favor —levantó mi mentón y enseguida me encontré con sus ojos —dime que no me amas y créeme que no vuelves a saber de mí —se acercó hacía mí —mientras todavía me quieras y exista una esperanza, yo seguiré luchando por ti —pasó un mechón de mi cabello hacía atrás y se acercó a mí odio —dime lo que sientes America, yo te amo de eso no tengas la menor duda, por favor dame aunque sea una posibilidad —susurró y me puse nerviosa al instante.

Escuchar su voz tan cerca de mí provocaba sensaciones inexplicables, me sentía más confundida que nunca. Mis sentidos desaparecieron por completo por lo que no podía moverme ni decir nada.

Maxon me miró y con una mano agarró mi espalda y en un leve impulso me acercó a él, la otra mano la puso en mi mejilla, se fue acercando lentamente a mí, comencé a sentir su respiración cada vez más cerca, y en otro impulso se acercó más y me besó. Inmediatamente lo agarré la cabeza y seguí con el beso. Mi mente decía que no, pero mi corazón deseaba ese beso. El beso se volvió cada vez más intenso. Maxon puso fin al beso, me tomó de la mano y abrió la puerta de la habitación que estaba frente a nosotros, yo aún seguía impresionada por lo que no tenía capacidad para pensar, sólo me dejé llevar por el momento. Entramos a la habitación y en cuanto él cerró la puerta me tomó por la cintura, me miró y yo asentí, enseguida sus labios estaban junto a los míos, el beso era mucho más intenso que antes, con una mano tomé su espalda y con la otra su cuello. Sin dejarnos de besar caminamos hacía la cama, nos acostamos y acto seguido despeiné su cabello y él comenzó a darme besos en el cuello, su mano subía por mi pierna provocando así que lo deseara más, quería más de él. Nuestras respiraciones estaban muy aceleradas, enseguida le quite la corbata y comencé a desabrochar los botones de su camisa, al mismo tiempo él bajaba el cierre de mi vestido, mis manos pasaron a tocar su torso, estaba a punto de quitarle la camisa cuando se escuchó que algo se rompió. Ambos nos sobresaltamos y miramos hacía la puerta, esperando que en el cualquier momento entrara alguien, pero después se escucharon voces del personal del servicio que se encontraban limpiado la alfombra.
Después nos miramos y ambos nos sonrojamos. Yo bajé la mirada, lo aventé para quitarlo de encima de mi y volví a cerrar el cierre de mi vestido. Maxon se me quedó mirando sin hacer acto por arreglarse, sino se quedó sentado en la cama con una gran sonrisa. Al momento escuché una carcajada, volteé enseguida con él.

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