Julie cerró los ojos y puso las manos antes sí para evitar golpearse muy duro contra pavimento al perder el equilibrio, el movimiento que los sacudió había sido tenaz y logró derribarlos a todos, incluso Rize cayó de lado cuando la agitación los golpeó, nadie se salvó. En cuanto ella abrió los ojos de nuevo, lo que estaba ocurriendo la dejó petrificada: el mundo lucía fragmentado, literalmente, era más notorio en el cielo, el cual tenía fracciones de colores y partes oscuras, normales, como el cielo en el mundo terrenal.
Julie frunció el ceño, todo a su alrededor estaba igual, habían retazos de perfección del mundo onírico y partes aisladas del mundo terrenal, incluso algunas personas corrían de un lado a otro ¿Qué estaba ocurriendo? La gente huía despavorida de las pesadillas, sus rostros estaban retorcidos por el pánico aterrador al ver las horrendas criaturas que comenzaron a aparecer de la nada y que los perseguían sin dudar.
— ¿Qué está pasando? —murmuró Jeremy con temor.
— Estamos en el mundo terrenal —opinó Rose mientras sus ojos recorrían todo a su alrededor, era evidente, de alguna forma ambos mundos parecían haberse mezclado en distintas áreas. Las pesadillas se estaban moviendo libremente, entrando en distintos hogares y haciendo que las personas se removieran incómodas en sus sueños, mientras que, aquellos que continuaban despiertos estaban siendo perseguidos.
— De alguna manera ambos mundos parecen haber colisionado —habló Rize intentando dar una explicación a lo que estaban viendo— Si todo es como lo que estamos viendo, algunas personas deben seguir dormidas y otros serán perseguidos en carne y hueso por pesadillas y espectros.
— ¡Debemos hacer algo! —alentó Zed — Procuremos ayudar a cuantas personas podamos y destruir toda pesadilla y espectro que veamos.
— Todavía puedo usar mi poder —aseguró Jeremy mostrandoles el fuego en las palmas de sus manos — Se siente un tanto diferente pero podemos pelear igual.
— Creo que por más que ambos mundos se hallan mezclado, seguimos mayormente en el mundo onírico —razonó Miranda— Y hay tan pocas personas debido a la hora, deben ser cerca de la una de la madruga, aquellos que están corriendo por la calles o que están siendo atacados deben ser las personas que continuaban despiertas.
Rave descendió velozmente desde el cielo, cayendo a un par de metro de Zed, lucía bastante alterado.
— ¡Sentí el paso restante de un poder! Y luego estuve a punto de chocarme contra un gigantesco avión —bramó el ave mientras sacudía la cabeza sin lograr creerlo del todo.
— Miranda ¿Podrías regresarlo a su forma normal? —pidió Zed al ver llegar a su guardián.
— Será un placer —contestó la portadora y se lanzó sobre Rave antes de que este pudiera alejarse para escapar del cambio. Al cabo de un instante, él volvió a su tamaño normal y su cuerpo volvía a ser el de un cuervo, pese a que protesto, ninguno le prestó atención en realidad.
Comenzaron a hablar entre ellos para dividirse la ciudad por zonas y buscar de dónde estaban surgiendo tantos espectros, dialogaron sobre quién se quedaría con Jeremy y al final llegaron a la conclusión de que el portador podría cuidarse por sí mismo. Estaban a punto de separarse cuando notaron que una persona estaba caminando en línea recta hacia ellos, se trataba de una figura femenina ataviada de prendas negras, su inusual cabello blanco ondeando debido al viento.
— Moira —susurró Julie sin creer que la joven de verdad estuviera ahí, caminando hacia ellos con una sonrisa en los labios. Lucía ligeramente diferente, más segura de sí misma, como si hubiera recuperado sus memorias pero... ¿Cómo era eso posible?
Hace una hora cuando Sabrina comenzó a abrir el portal, notó que mantenerlos abiertos requería de muchísima fuerza, menos mal Moira tenía la capacidad suficiente para hacerlo, había aprendido a manejar su poder y controlarlo por completo a lo largo de esos diez años que tuvo que valerse por sí misma.
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Ilusión
FantasyLa primera vez que lo vi pensé que me mataría: usaba prendas negras, cargaba una afilada hoz y un cuervo le hacía compañía; al despertarme en medio de la noche, lo único que logré pensar es que la muerte había llegado por mi alma. Y luego, escuché...