Capítulo 16 "Muere un corazón valiente"

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10 años atrás

La batalla se había desatado abruptamente, de la nada, habían surgido tres espectros que comenzaron a atacarlos. Moira se había llenado de temor, pero logró deshacerse de uno con ayuda de su poder, creando un portal y haciendo que Owen apareciera a la espaldas del espectro, como era de esperarse del joven valiente, él no dudó y lo asesinó, degollandolo con sus dagas.

El cuerpo del espectro cayó y se retorció en medio de sonidos viscosos. Moira sabía que debía limitar el uso de su poder, ya que la dejaba exhausta e incapaz de luchar... Pero dada la precaria situación, ella no tenía alternativa, sin embargo, tras haber creado el primer portal le fue muy difícil moverse.

Por suerte, ahí estaban Sabrina y Owen también, atacando cada uno por su lado... Sabrina, ese mismo día, había culminado su transformación por completo, ahora su cuerpo era completamente humano y tenía el uso total de sus poderes, lo cuál les daba un leve ventaja. La guardiana se había parado frente al espectro y empleó una ilusión para confundirlo, ella se había vuelto sumamente poderosa, mucho más veloz y ágil que antes, su poderes: olvido e ilusión eran más que suficientes para manipular a su gusto a los espectros.

Por otro lado, pese a que quedaba dos espectros, la situación fue yendo de mal en peor. Uno de los espectros atinó un golpe en la cabeza de Sabrina, el impacto fue tal, que la lanzó entre los edificios y ella golpeó contra una valla publicitaria que estaba casi a un kilómetro. Moira no la vio moverse después de eso, ella miró con preocupación su alrededor, notando como Owen luchaba sin cesar contra el otro espectro, luciendo agotado y bastante lastimado, las heridas que causaba el espectro eran profundas y aunque no tardaron en curar, para cuando ya estaban cerradas, el espectro había hecho muchas más en el cuerpo del portador.

El espectro que había estado luchando con Sabrina se fijó en Moira y se lanzó hacia ella, mostrando sus largas hileras de dientes afilados y mortales. La joven tuvo que sacar el arma que procuraba no emplear: una maza de cadena, con un movimiento de muñeca hizo que la cabeza de metal con pinchos girara y le propinó un buen golpe al espectro que se aproximaba, haciendo que cayera de lado contra el asfalto.

Moira sabía que no estaba del todo indefensa, aunque sí estaba en un gran desventaja... Quizá haber creado un portal no fue la mejor idea, pero les había ayudado a deshacerse de uno de sus enemigos. Ahora, la joven sabía que no podría correr, no llegaría muy lejos, le faltaban fuerzas en el cuerpo y ni qué decir de saltar, utilizando las alturas para escapar, eso sería aún más imposible.

Solo le quedaba esperar y rogar un milagro.

— ¡CUIDADO! —gritó Owen.

Moira se giró para mirarlo y vio a un espectro que caería justo donde ella se encontraba, se quitó de la trayectoria de la criatura por los pelos y le lanzó una mirada de preocupación al otro portador. El espectro chocó contra el costado de un edificio y cayó al suelo, sacudiendo la cabeza y gruñendo por lo bajo.

— ¡Lo siento!¡¿Dónde está Sabrina?!

Moira negó con la cabeza, no había tiempo para hablar, mucho menos para explicar lo que le había ocurrido a la guardiana. La joven buscó con la mirada a Cometa, el conejo hizo caso a su orden y permanecía escondido en el interior de una de la casas, lo cual la tranquilizaba de cierta forma.

Ella volvió a golpear al espectro que estaba caído a sus pies, pero cuando alzó su arma para darle el tercer golpe, este interpuso uno de sus largos brazos y le arrancó la maza de las manos, arrojándola lejos. Moira inmediatamente sintió unas inmensas ganas de llorar, el espectro la estaba agarrando con fuerza por los brazos y solo hacía falta que ejerciera un poco de presión para que destruyera el cuerpo de la portadora.

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