Ya era costumbre irnos a juntar allá con los niños que hasta me sentaba en una de las bancas con ellos.
Giré mi cabeza en dirección a la entrada. Sentía nervios y no sabía por qué, aunque quizás mi intuición trataba de decirme algo.
—Emi, tranquila.— miré a la Cata y luego miré hacia la entrada y observé que venía llegando el Bruno con la Francisca de la mano. El hueón parecía cansado, un poco triste y con sueño.
Pararon al frente de la banca y la hueona le dio el sendo beso y todos, absolutamente todos los que estaban en la banca, se dieron cuenta.
—Es pendeja.— susurró la Cata, mientras me daba palmadas suaves en la espalda, ya que eso me tranquilizaba un poco.
—Tengo ganas de pegarle.— susurré y me escuchó mi amiga a mi lado.
—¿Al Bruno o a ella?— preguntó.
-A los dos.- sentía mucha, mucha rabia y los nervios se habían ido de la nada.
Después la hueona se fue y el Bruno se unió a nosotros.
—¡Weeena, Bruno culiao!— lo empezaron a huebear y yo veía su incomodidad.
Le decían muchas cosas y mi rabia solo aumentaba. De repente, los hueones comenzaron a hablar de las personas asalta-cunas y pidieron la opinión de cada hueón del grupo, hasta que llegaron a mí.
—¿Y que pensai de esta hueá?— me preguntó el Ignacio, que estaba al otro de donde yo estaba.
—Que no es justo adornar bien una guardería y cambiar pañales, si igual mirai pal lao'.— dije mirando al Bruno y el hueón me quedó mirando.
Justo tocó el timbre y todos nos fuimos a clases.
—Sendo palo que le tiraste, hueona.— me pegó la Cata en el brazo.
—¡De las tres, vo' le tirai palos a cada rato al Ignacio o al feo re culiao!— le recordé.
—Uy, la hueona.— susurró.
Andaba muy irritable y sabía que dormir poco, estudiar demasiado y que te llegara la regla, era algo no muy agradable que digamos.
[...]
Me mandaron a hacer una prueba atrasada y cuando llegué a la sala, me quise tirar del segundo piso al ver a la Francisca.
¿Cómo mierda íbamos a estar en una misma sala, si ella me odiaba?
—¿Emilia?— habló la profe encargada de las pruebas y me acerqué para que me diera la hueá.
Pasé al lado de la hueona del Bruno y me miró.
—Francisca.— la llamaron y le pasaron la prueba.—Ya, Francisca con Emilia, siéntense al final.— quedé mirando a la hueona.
¿Me deben de estar huebeando?
—¿Quién es de Tercero?— preguntó la profe.
—Yo.— contesté. Me fui a sentar a la pared y la hueona se sentó a mi lado.
Hueá incómoda.
Estaba haciendo normal la prueba, cuando la hueona me quedó mirando.
—¿Que mirai, pendex?— le pregunté pesá.
—La cara de ahueoná que te gastai'.— habló la pendeja culiá.
<<Tranquila, Emilia, sólo respira y no le tires la mesa encima>> intenté hablarme a mi misma, para poder controlar mis impulsos.
—Seré hueona, sí, pero no la copia barata de alguien que no se puede olvidar.— le sonreí burlescamente y volví a responder en mi prueba. La hueona a mi lado se quedó completamente callada, por un momento.
—¿Que querí decir con esa hueá?— habló pesá, cuando dejó de estar en su trance.—Al menos a mi el Bruno me quiere.— susurró.
—La mayoría de los minos dicen esa huea, pero no pierdo mi tiempo.— puse mi curso en la prueba, porque ya había terminado. Me acerqué a ella y le dije algo, para rematarla e irme divamente.—No peleo con pendejas culiás que estan en un jardín todavía, menos por un hueón que no sabe lo que quiere.— me iba a parar, para irme, pero me detuvo.
—Aléjate de las hueás que no son tuyas.— me miró. Me daban ganas de tomarla del pelo y pegarle caleta, pero no a la violencia.
—Las personas no son trofeos.— le sonreí y me fui de ahí.
Emilia con su filosofía de que la posesión en la pareja es mala: 1
Francisca siendo Francisca: 0
Jorge:
Mi hermana era más ahueoná, porque le gusta el ahueonao del Bruno y digamos que el cabro no era muy inteligente y no cachaba ni una.
—Oye, Jorge...— un amigo me empezó a hablar. Estábamos en recreo y me acordé que tenía que entregar un trabajo.
—Después me contai, voy a entregar el trabajo de lenguaje.— interrumpí a mi amigo y comencé a caminar por los pasillos del liceo, iba a doblar para llegar a la sala cuando escuché hueás raras.
Eran gritos.
—Pero, ¿¡pa' que chucha haces eso!?— escuché la voz del Bruno. Me acerqué un poco y los hueones estaban alterados.
—¡Me tiene chata la hueona!— gritó la tipa.
—¡Necesito ir a pedirle perdón!— el Bruno se iba a ir cuando la hueona se detuvo.
—¡No, si las hueás ya se las dije!— veía que estaban agitaos' por tanto gritar.
—¡La cagaste!— gritó el Bruno enojao'.—Ah, chao, hueón.— se dio la vuelta y se fue emputao'.
Necesitaba contarle a la Emilia, ahora.
Emilia:
Estaba normal con mis amigos huebeando en recreo, cuando el Jorge me llamó desesperao'.
—¿La hueona del Bruno te dijo algo?— me tomó de la muñeca.
—Sí, pero puras tonterías.— respondí.
—Te vengo a decir que si el Bruno te pide disculpas, no lo tratís' mal, ¿ya?— me dijo e hice una mueca.
Yo no lo trato mal, ¿o sí?
El Jorge se fue y a lo lejos vi a la Francisca que me miraba mal. Tenía una cara de querer matarme y me sentí tan penca, pero no sabía el por qué.
<<Alguien me dijo: "aléjate de las cosas de las cosas que no son tuyas", pero si él era tuyo, ¿por qué me prefiere tanto a mí?
¡Cálmala!
¡Me está poniendo de los nervios!
No la amas, deja de mentir con esas palabras>>N//A:
Es penca, triángulo amoroso culiao que te pone toda insegura:/
La canción es de Melanie Martínez y se iama Pacify Her.
<<Un chico cansado y triste camina hacia mi dirección sosteniendo la mano de una chica [...]
Y amarla parece tan agotador>>Pensar que esta canción hace meses era mi favorita y estoy pasando por estoJAJA):
-WeaOriginal🌚✌
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Me ahueoné 《CHILENSIS》
NouvellesLa Emilia era una hueona que estuvo enamorá' de un hueón como por dos años. El Bruno era un hueón que, supuestamente, "nunca" pescó a la Emilia, pero guardaba un secreto... ¿Que pasa cuando se crea un triángulo amoroso y nada avanza?