Capítulo 26. Un momento de su mano.

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Alejandra: ¿Qué quieres? -sentándote en el sofá-

Habéis ido a una de las salas particulares de los chicos. Estefanía se sienta a tu lado. Te giras para ponerte frente a ella.

Estefanía: Quiero pedirte perdón

Levantas una ceja. Eso no te lo esperabas.

Alejandra: ¿Quieres qué?

Estefanía esboza una pequeña sonrisa.

Estefanía: Que quiero pedirte perdón -repite-

Te cruzas de brazos y te dejas caer hacia atrás apoyándote en el respaldo del sofá.

Estefanía: No he sido la mejor amiga

Levantas una ceja. Muerdes ligeramente tu labio superior para reprimir una risita irónica.

Estefanía: No me he portado nada bien conmigo

Sueltas tu labio pero no bajas tu ceja.

Estefanía: Te hice sentir mal, y luego me aproveché de ti. Os dejé, huyendo como una cobarde...

Miras a Estefanía sin dar crédito. No puedes creer que la engreída y borracha chica que dejaste en aquel sucio barrio de Madrid haya sufrido este cambio. Parece que lo su imagen no ha sido lo único que ha cambiado en este tiempo.

Estefanía: Pero no te imaginas como me arrepiento de no haber estado al lado de Carol para decirla un adiós en condiciones, no sabes cómo me maldigo cada día por haberla echado de mi lado, por haberla dicho que no quería saber nada más de ella, porque no era así. Claro que quería teneros cerca, claro que quería recuperaros, eráis lo único que había tenido durante toda mi vida, ¿de verdad creísteis que no quería volveros a ver? Pues claro que no, pero todo pasó muy rápido. Estaba enamorada hasta las trancas de Niall. Cuando volví, mi madre ya no me necesitaba, me sentía inútil y encontré a Andrés, me dio una salida, un mundo en el que todo iba sobre ruedas, no tenía que pensar demasiado, no tenía que preocuparme por nada que no fuera pagarle para que me siguiera pasando esa mierda, no tenía que hacer nada más que abrirme de piernas e imaginarme que era feliz. No sabes por lo que he pasado Alejandra, y no te pido que me entiendas ni que no me juzgues sólo te digo que las personas cambiamos según lo que nos esté pasando en cada momento, ¿o realmente tú eres igual que cuando salíste del hospital? Está claro que no. Ahora yo tengo un hijo y una responsabilidad. Ahora no puedo llevar una vida loca como lo hacía antes. Ahora tengo que estar cada día a las diez para acostarle, tenerle un plato en la mesa para que coma y darle una infancia lo mejor posible dentro de mis posibilidades y no quiero ser millonaria ni que nadie críe a mi hijo por mi, le quiero y yo le sacaré a delante, que para eso le he tenido. Simplemente le pedí ayuda a un amigo y él decidió darmela

Estefanía hace una pequeña pausa para tragar. Debe de tener el mismo nudo en la garganta que tienes tú. La has prejuzgado, la has criticado y no la has dado ni un boto de confianza. No escuchaste su versión. No quisiste entender por lo que había pasado. Tragas saliva varias veces consecutivas para intentar pasar el nudo que tus cuerdas vocales han hecho. No quieren dejarte articular palabra. No puedes, hasta tus labios se han sellado. En realidad te hacen un favor, no sabrías que decir, no puedes decir que lo sientes porque no es así, en un momento de tu vida deseaste que esa fuera la vida que llevara y no pensaste que pudiera hacerse realidad. No puedes pedirla perdón ya que para ti tampoco lo merece. No le has hecho nada de lo que puedas arrepentirte, si alguien ha actuado mal ha sido ella, no tú. Tampoco puedes echarla nada en cara, no es el momento y no se lo merece. No puedes huir ahora, si has decidido hacerle frente ahora tienes que mirar hacia delante pero... ¿Cómo? ¿Qué debes hacer? ¿Qué quieres hacer? Dos preguntas similares con respuestas completamente opuestas.

She's Not Afraid.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora