Te amo

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Enemigos.

Eso era lo que parecían Lucas y Maya en ese momento. Enemigos. Después de vivir casi dos años juntos creerías que ya habían aprendido a soportar los defectos del otro... Pero no.

Después de casi dos años viviendo juntos creerías que Lucas ya estaba más que acostumbrado a las decisiones repentinas y drásticas que hacía Maya. Decisiones que la mayoría del tiempo solo la afectaban a ella. Pero Lucas no lo veía de esa manera, porque para él, cualquier cosa que afectara a Maya—ya sea positivo o negativo—tambien lo afectaba a él.

Después de casi dos años viviendo juntos creerías que Maya ya estaba acostumbrada a la fuerte actitud de Lucas. Es cierto que por años, él ha tratado de controlar sus problemas de ira y aunque la mayoría del tiempo hacía un buen trabajo, había momentos donde no podía más y perdía el juicio.

Ahora añade a Maya tomando decisiones sin consultar y a Lucas perdiendo el juicio al enterarse de lo que ella había hecho.

Era obvio que una gran discusión se avecinaba.

Cuando cosas como esta pasaban, Maya trataba de calmar a Lucas diciendole que la decisión que ella había tomado solo la afectaba a ella y que por ende, él no tenía que enojarse. Aunque claramente Lucas no tenía esa misma opinión, aceptaba lo que Maya le decía y se callaba hasta que fuera el momento donde la chica tomará otra decisión sin informar.

Y siempre era así.

Ella tomaba una decisión, él se enojaba, ella le decía que solo le afectaba a ella, así que a él no tenía porque importarle y ya cansado de pelear, Lucas dejaba que Maya hiciera lo que quisiera.

Era un círculo visioso.

Pero no esta vez. Esta vez era grande. Esta vez era serio. Esta vez Maya no tenía la excusa de decir "solo me afecta a mi". Esta vez Lucas tenía el derecho de estar enojado. Esta vez no iba a dejar que Maya se saliera con la suya, como siempre hacía. No. Esta vez no.

Y es que Maya hizo algo estúpido... Muy estúpido.

Maya tuvo la brillante idea de aplicar a un programa de arte en Perú, pero no le dijo nada a Lucas. Tiempo después le había llegado la carta de aceptación, en dicha carta se informaba que el programa duraba al rededor de un año. Esto significaba que si Maya decidía ir a Perú, sería un año—o incluso más—sin Lucas.

Al Lucas enterarse de todo el embrollo, se enojó tanto que incluso cuestionó su relación. Es que para él no tenía sentido que una persona que supuestamente te ame tome una decisión de esta magnitud sin siquiera consultar. Es cierto que Maya era la que se iba a Perú, pero ¡demonios! Ella era su novia, ¿Qué acaso no le importaba su opinión?

Ya tenían casi una semana peleando y por más que Riley, Farkle y Zay intervenian, los humos no parecían querer calmarse.

—¡Es mi futuro, Lucas! Yo soy la que debo decidir lo que quiero —era lo que decía ella— quería ir a Perú y pensé que mi novio me apoyaría, pero al parecer me equivoqué —por casi una semana tuvieron la misma discusión, las misma palabras eran repetidas, ya era tanto así, que Maya podía decir de memoria lo siguiente que Lucas iba a decir.

—No es que no te quiera apoyar, pero dices "es mi futuro" como si acaso yo no formara parte de él— y con eso, Maya siempre caía en silencio, haciendo que Lucas se enojara más, porque el silencio de Maya le informaba que lo que él había dicho era cierto. Él ya no era parte del futuro de ella.

Después de que siempre discutían, Lucas se iba y Maya empezaba a llorar. Lloraba por miedo y por vergüenza. Tenía miedo de que Lucas se cansara de ella y la dejara, porque no era cierto, él si formaba parte de su futuro. Y sentía vergüenza por la terrible decisión que tomó... Sabía que Lucas tenía razón, una decisión así no se hace sin tomar en consideración la opinión de tu pareja. Sabía que cada palabra que salía de la boca de su novio era verdad, pero ella no le iba a decir eso a Lucas. Era demasiado orgullosa como para admitirlo frente al ojiverde.

Lucaya One shotsWhere stories live. Discover now