No tengo autocontrol. Aquí va. No exactamente Lucaya, pero tampoco deja de serlo XD
Lean y verán a lo que me refiero.•••
Maya salió por las puertas de su salón de clase apresuradamente. Con su bolso en su brazo y su juego de llaves colgando desde su cuello. Su clase había acabado hacía diez minutos, pero se tuvo que quedar extra tiempo en el salón para arreglar algunas cosas personales. Aparte de eso sus estudiantes habían puesto el salón de patas arriba, lo cual era inaceptable si tomamos en cuenta que eran niños de quinto grado. No eran niños pequeños a los que había que enseñarle a limpiar. Y no, limpiar por sus estudiantes no era el trabajo de Maya, para eso había un conserje en la escuela. Pero aún así la rubia se sentía responsable por dicho desastre. Es decir, ella es la maestra, debería controlar a sus estudiantes. Es por eso que aparte de atender sus asuntos, también decidió limpiar uno de los cuantos desastres de pintura que sus estudiantes habían hecho. Pero en fin, esta pequeña ayuda que le ofreció al conserje le costó quince minutos de su tiempo de almuerzo. Quince minutos que hoy más que nunca necesitaba.
Generalmente, Maya lleva su almuerzo a su trabajo. A veces va al salón de maestros o simplemente se queda en su salón a almorzar. Otras veces sale a comprar algo en lo negocios cercanos. Pero hoy no era uno de esos días. Hoy tenía que salir de la escuela, tomar un tren —pues su auto aún seguía en el taller. Estúpido auto— y llegar a una pintoresca cafetería donde iba a almorzar con Lucas. Lucas, Huckleberry, Ranger Rick o su nuevo favorito, esposo.
Después de estar comprometidos por casi ocho meses, hace un año atrás dieron los "acepto" y desde ese entonces las cosas han sido... No perfectas, pero mejor de lo que Maya alguna vez pudo imaginar. Lucas era genial, ella siempre supo eso.
Así que ahora iba tarde para su almuerzo. Bueno, técnicamente tenía quince minutos para llegar a la hora en la que Lucas y ella habían quedado. Pero sabía que eso no iba a ser suficientemente, pues aparte de ya tener quince minutos menos de los que normalmente tendría, también tiene que salir de la escuela, correr hacia el tren, para después esperar por él quien sabe cuantos minutos. Más el tiempo que el tren va a tomar para llegar a su destino. Eso le tomaría más de quince minutos.
En su camino fuera de la escuela y hacia el tren, trató de llamar a Lucas un par de veces, pero siempre salía el buzón de voz. Por lo tanto, optó por enviarle un mensaje de texto, avisándole que llegaría un poco tarde. Ahora maldice a lo bajo por no aceptar la propuesta de Lucas de pasar por ella en su nuevo auto.
Cuando llegó a la estación, no tuvo que morir esperando. El tren no se tardó mucho. No tenía ni tres minutos en la estación y ya el tren se acercaba.
Extrañamente, el tren estaba casi vacío cuando ella subió. Generalmente siempre iba lleno a esa hora, pero que ahora estuviese vacío no iba a hacer que se quejara. Era mejor. Así encontraría un lugar para sentarse. Y lo hizo. Tomó asiento en los fríos y duros asientos del tren. En medio de un joven quien movía su cabeza al ritmo de la música que escuchaba en sus audífonos y un señor que dormía —y roncaba— sin pena.
Su destino no era para nada lejos. En un viaje directo lo más que le tomaba para llegar a su estación eran, máximo, cinco minutos. Pero esa era la cosa. No era un viaje directo. Habían otras paradas antes que la de ella. Eran unas siete, aproximadamente. Le tomaría quince minutos para llagar a Lucas, tal vez más.
En fin.
Decidió colocarse sus audífonos y disfrutar del viaje. Posó sus ojos hacia al frente. Cualquiera pensase que estaba mirando a la mujer que leía un libro frente a ella, pero no. Solo miraba al frente, no exactamente mirando a la mujer, sino detrás de ella. Pero del lado de la mujer había un hombre. Él miraba al frente, hacia Maya. No detrás de Maya. Directamente a ella. La chica podía sentirlo. Sus ojos no dejaban su rostro. Ella no quería mirar por miedo a hacer contado visual con el extraño.

YOU ARE READING
Lucaya One shots
FanfictionHistorias cortas de Lucaya. Son bien bobaliconas, pero hey! Es Lucaya