12. Excursión

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Había cierto desinterés en los ojos de Bree, Marissa podía notarlo y en ese momento deseó con gran fervor saber lo que su mejor amiga pensaba. Ambas se encontraban en la sala de maestros junto a otros colegas, la junta había sido programada después de clases.

No era sorpresa que la profesora Van de Kamp estuviese distante. Los últimos días solo había podido ver a Lea de lejos en el comedor, y por más insistente que fue su mirada sobre ella, la menor nunca se dignaba a mirarle, para colmo en las clases era la última en entrar —sin exceder la tolerancia— y la primera en retirarse.

Lea estaba evitando a Bree.

La profesora sabía porque la menor se negaba a cualquier tipo de contacto, y por primera vez desde que era niña tuvo miedo. Miedo de que las cosas se salieran de control, de no poder controlarse a si misma, de la persona en la que se estaba convirtiendo y sobre todo; tenía miedo de que Lea abriera la boca.

—Lamento la demora— anunció el Director, un hombre de avanzada edad con una barriga prominente. El Señor a penas había llegado a la sala —. Olvidé unos documentos en mi auto, que son de vital importancia para la reunión.

Si algo le fastidiaba a Bree era lo impuntual que podía llegar a ser la gente, pero por obvias razones no se molestó. En su mente reinaba la paranoia, aunque alguien supiera, la junta no había sido programada de un momento a otro, sino que había sido anunciada, con unos cuantos días de anticipo. Nada de lo que se dijera tenía que ver con ella, y sin embargo se sentía abrumada.

—Como es de esperarse, los de último año ya se van— comenzó —, por lo cual el comité de padres de familia a conseguido una actividad extracurricular para sus hijos como una despedida, a parte del baile de graduación, claro— buscó entre los documentos y sacó una hoja impresa —. El servicio de parques invitó a los chicos a acampar a una lado del rió Hudson por un par de días— extendió la hoja a un profesor que se encontraba cerca —. Esta es la forma, revísenla con cuidado, porque para su fortuna o desgracia, cómo lo quieran ver, 6 de ustedes tendrán que acompañar a los chicos, bueno 5, yo ya estoy incluido— no tardaron en hacerse escuchar disimulados quejidos—. No me miren a mí, fue idea del consejo de padres— objetó al observar el descontento de los profesores.

Bree pudo respirar con más tranquilidad cuando la forma pasó entre sus manos, asegurando que nada de esto era una conspiración hacia ella. Leyó detenidamente el documento, mencionaba el periodo de estancia, el equipaje sugerido, suministros y actividades, no parecía tan malo después de todo, pero lo que le incomodaba a sus colegas y ella, era el hecho de tener que hacerse caso de unos críos a cada minuto del día.

—¿Algún voluntario?— cuestionó el Director, una vez que la forma regresó a sus manos.

Un silencio que parecía ser perpetuo ahondaba la sala, cada profesor rebuscaba entre sus compañeros esperanzados en que alguien se dignase a ofrecer sus servicios.

Lo que parecía ser una brillante pasó de manera fugaz por la mente de Bree.

—Yo— dijo la pelinegra, con su ya característico tono fuerte y claro.

Los ojos de Bree chocaron contra los de Daniel Valid, quién regalándole una sonrisa fue el siguiente en ofrecerse. Bree maldijo a aquel hombre, no la dejaría tranquila.

Marissa, quién miraba sorprendía a Bree, siempre burlándose de lo desafortunados que era sus colegas al tener que soportar a una bola de niños, era la primera en ofrecerse; aquello era un comportamiento extraño. La pelirroja se hubiese ofrecido en la compañía de su amiga, pero no tenía los ánimos para eso, mucho menos con la reciente confrontación que habían tenido.

En un arranque de lo que parecía ser valentía, la Señora Beth junto con el Señor Roger; se ofrecieron. Y por último, Luisa, la que parecía haberse animado levantó la mano. Al ver esto Marissa sintió una molestia, creyendo que esta última había tomado la decisión por Bree. Pensó en lo cerca que estarían durante el campamento y enseguida levantó la mano, no quería dejar a solas a su amiga. En seguida Bree interpretó su comportamiento como lo que eran; celos.

Secretos Indecorosos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora