20. Discusión

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Bree analizó sus opciones.

1. Marissa era una buena amiga.
2. Marissa era idiota.
3. Marissa lo sabía.
4. Matar a Marissa.

Marissa había dejado de ser una buena amiga hacía tiempo. Ya no organizaban noches de chicas, tampoco escapaba de sus clases para ver a Bree, había cierto desinterés por su parte. Parecía más razonable que Marissa fuera idiota, pero lastimosamente no lo era. Que Marissa supiera algo acerca de Bree era más razonable aún, pero... ¿cuándo?, ¿cómo? Bree nunca conversaba con Lea en presencia de su mejor amiga y tampoco las había descubierto en su apartamento.

Matar a Marissa era algo más elaborado, tenía que asesinarla en un bosque, en medio de la oscuridad; el silencio y luego, hacer una fogata con su cuerpo destripado y quizás... lanzar sus restos a un restaurante de comida china donde quizás el hombre que se ocupa de la basura pensaría que era algún animal silvestre mal cocinado.

«Contrólate» se dijo.

Definitivamente no a la última opción. Lo más seguro es que Marissa era una buena amiga y entrometida como siempre, pero Bree aún desconfiaba, por eso decidió ir a la casa de Marissa, donde yacía plantada decidiendo si molestarla o no, al final decidió que sí.

Tocó una vez el timbre, dos veces, tres veces. Bree esperó.

Una Marissa despeinada le abrió. Bree en ese instante supo que estaba haciendo lo suyo —quizás con algún hombre ajeno a su conocimiento—, su camisa estaba al revés, la etiqueta sobresalía de su pecho y los pantalones estaban desabotonados.

—Buenas tardes, Marissa. Si quieres vuelvo en otro momento— ofreció Bree a la incómoda situación.

—¡No! Estaba... bueno. Ya terminé— dijo rápidamente Marissa.

—Pero tienes visitas y tengo que hablar contigo en privado— se atrevió a afirmar Bree, a fin de confirmas sus sospechas.

—Podemos salir a hablar, en serio Bree— anunció Marissa, sin poner reparo a que estaba contestando con una afirmación a lo que Bree ya daba por hecho. Si estaba con alguien.

—¿Segura?— Bree trató de vislumbrar a través de la puerta de quién se trataba y solo pudo ver una silueta avanzando rápidamente hacia la cocina.

—Segura. Daniel puede esperar— dijo Marissa nerviosamente.

—Solo acomoda tu ropa bien, te espero afuera.

|~•••~|

Bree meditó un momento la situación. Marissa había estado actuando extraño con ella, haciendo esos comentarios extraños "somos mejores amigas, las amigas se cuentan lo que sea", honestamente Marissa sabía que ocultaba algo. Si Bree abría la boca antes de tipo quizás Marissa sabría su secreto.

La había llevado a la misma cafetería a la cual asistía con Lea, los batidos de fresa eran excelentes. Le ordenó uno a Marissa.

—Y... ¿todo bien?

—No, realmente no. Marissa, estoy saliendo con alguien— reveló, pero la cara de su amiga no se inmutó.

El pecho le latió fuerte a Marissa, después de tanto tiempo Bree había elegido confiar en ella, pero ya era tarde.

—Eso es maravilloso— dos podían jugar el juego de la hipocresía —, ¿quién es el afortunado?

El mesero llegó con la bebida de Marissa.

—Toma un poco— ofreció Bree antes de continuar.

Marissa —fastidiada—, le dio un gran sorbo al líquido y para su sorpresa estaba más rico de lo que hubiera pensado.

Secretos Indecorosos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora