Capitulo 7

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Estaba llegando a mi casa. Había sido un día cansado, trabajos y exámenes y ejercicio. Además tenía que estudiar para dos exámenes de la semana que viene y no entendía los temas, nunca fui buena en matemáticas y mucho menos en física. No se como voy a hacer.

Abrí la puerta de mi casa y mi pie chocó con una valija color violeta, miré bien y había más de una, luego vi a Mariel bajar por las escaleras con una caja que decía "Cosas de Bridgit".

-¿Qué son estas cajas Mariel?- le pregunté. Ella suspiro bajando la caja al piso y se limpió las lágrimas de los ojos.

-Tu padre te dirá cariño- acariciando mi cabello.

Entonces vi a mi Papa bajar con otra caja, al verme este suspuro igual que Mariel y me miró.

-Hola princesa- dijo casi en susurro dejando la caja en el piso.

Kenny entró por la puerta y miró todo el equipaje que había en el living de la casa.

-Kenny llévate las cosas a la camioneta, tengo que hablar con mi hija- le dijo mi Papa y el dijo que si con la cabeza y empezó a cargar las maletas. -Vamos Bridgit- me dijo pasando un brazo por mis hombros.

Yo mire a Mariel una última vez como preguntándole que pasaba pero ella sólo bajo su cabeza.
Llegamos a la oficina de Papa y este hizo que me siente en la silla que tenia delante de su escritorio.

-¿Cariño conoces a Marco Scott?-

-No- me limite a decir.

-Es el hijo de un viejo amigo mío, al que quede deviendo algo y este se enojó mucho conmigo, es un hombre muy peligroso amor y... Te está buscando-

Abrí mis ojos demaciado grande ante lo último que dijo ¿Qué quería decir con "Bucandome"?

-Cariño debo mandarte a un internado en Londres...-

-¿Cómo? ¿Cómo puedes mandarme a un internado Papa? No puedo irme, además ¿Voy a ir sola? ¿Cómo voy a manejarme ahí? ¿Y todo lo que tengo acá? ¿Y mis amigos? ¿Y mi familia? Yo tengo...- el me interrumpió alzando la voz.

-¿No me estas escuchando Bridgit? Hay un hombre peligroso que esta buscandote para tomar vengaza sobre mi, si te encuentra te ara quien sabe que o te llevará a quien sabe donde, el sabe donde vivimos y todo lo que haces y seguramente ya ha estado siguiendote y tu no te haz dado cuenta. ¡Porque no entiendes que sólo quiero protegerte!- lo último lo dijo gritando y golpeó la mesa del escritorio, junto con ese golpe yo me senté de nuevo en la silla, ni siquiera me había dando cuenta de que me había puesto de pie.

Papa nunca me había gritado. Me asustó mucho su forma de reaccionar. Y el lo noto.

Se paso la mano por la cara y despeino un poco su cabello. Me miró un segundo y luego se acercó a mi. Apoyo su espalda en la mesa y me miro.

-Perdón por gritar princesa, es que últimamente he estado muy estresado y preocupado por todo esto -Dijo esto y se arrodilló para estar a mi altura -Nunca me perdonaría si algo te pasara Bridgit, sos la niña de mis ojos y sos mi única hija siempre te cuide de todo y esta no sera  la ecepcion- puso su mano en mi mejilla y yo puse la mía sobre esta. - Tienes que ir princesa- y con eso sólo me resigne a que no habia otra solucion.

(...)

Termine de ponerme mis zapatillas blancas y me senté en mi cama, mi pieza ya solo consistía en el armario, el espejo y una cama sin sábanas, no recuerdo la última vez que la vi así, tan vacía.

Estaba lloviendo así que estaba un poco fresco, por lo cual me puse un buso color blanco peludito, también un jean color azul y una remera mangas largas de algodón color celeste.

No me imaginaba como sería Londres, había ido un par de veces por el trabajo de Papa y seguramente en alguna gira, pero como sería despertar todos los días allá ¿Y la gente? ¿Me costará adaptarme? ¿Marcó me encontrará allá?

-Cariño- escuché a Mariel y me di vuelta a mirarla. Tenía los ojos llorosos y tenia un pañuelo en su mano.

-Ya voy- dije y agarré la jaula de mi coneja Mel y salí por la puerta.

Llege hasta el piso de bajo y ahí estaba Papá con Mariel. Me acerqué a ella y la abrace, con los ojos llorosos me dijo que la llamará en caso de que la nueva cosinera no supiera cocinar mis comidas favoritas que ella le iba a dar clases. Me reí de su comentario celoso y la abrace más fuerte.

Me acerqué a Papá y el me abrazó haciendo que despegue mis pies del piso, supe que estaba llorando cuando sentí que lágrimas caían por mi mejilla y no eran mías.

-Llámame todos los días- dijo una vez que me bajo -Cuando llegues y todas las noches, compré una casa allá para que vayas los fin de semanas, sólo debes avisar en la dicción del internado y a mi y listo princesa. Allá abra una guarda espaldas que te cuidara siempre y me avisará cualquier cosa-

-¿Una guarda espaldas?-

-Si linda, se llama Emma Ross y ella es experta es esto de cuidar gente con amenazas y esas cosas así que no debes preocuparte. También esto -Dijo estirando la mano hacia Kenny y este le entregó una cagá de un IPhone blanco -Sé que ya tienes uno pero reemplazare todo tu equipo tecnológico; tetefono, computadora, tablet, todo. Así no podrá rastrearte. Ah y tambien esto- Sacó de su billetera dos tarjetas -Son de crédito linda, las cargarle todos los meses en una misma fecha y te avisaré, usalas para comprar todo para acomodarte en la casa y lo que necesites para el internado u otra cosa- puse todó en mi bolso y lo mire -Bueno te di las tarjetas, los equipos, te avise de la casa y ya avise en el internado ¿Qué me falta?- Dijo tocando sus bolsillos.

-Despedirte- este sonrió y me abrazó de nuevo -Estaré bien papá y te llamaré seguido para que sigamos en contacto-

-Iré cuando pueda princesa, pronto estaremos juntos- se separó un poco de mi y me miró con los ojos llenos de lágrimas -Te amo mi bebe- dijo y me dio un beso en la frente.

-Yo te amo más papi-

-Ya tenemos que irnos- aviso Kenny.

Yo me despedí por última vez de mi papá y de Mariel y salí por la puerta.

Bueno hay que pensar positivo. Quizá esta sea una nueva aventura.

*Narra Justin*

-¿La niña estará bien en Londres Justin?-me pregunto Mariel unos 5 minutos después de que mi hija pasara por el portón de la casa en el auto.

-Si Mariel, esta todo planeado, no deje nada librado al azar, Marco no la encontrará y yo me quedare acá por cualquier cosa- voltee a mirarla y le dije -Tu también te iras, tengo un vuelo listo para llevarte de nuevo a Texas, te quedarás allá con tu familia hasta que esto se resuelva, te enviaré tu paga todos los meses-

-¿Y usted? ¿Se quedará aquí?-

-A mi no me van a hacer nada, no les conviene y lo saben- le mentí para que no se preocupara -No te preocupes Mariel, estaré bien y cuando todo se resuelva volvemos a la normalidad-

Esta dijo que si con la cabeza y se fue a su habitación. Yo me fui a sentar en el sillón, tomé mi cabeza con mis manos y suspire cansado. Quite mis manos y mire la foto que tenia colgada en una de las paredes, en ella vi a una adorable Bridgit de 3 años con su cabello hasta los hombros sonriendo a la cámara con una manta rosa. Recuendo que ese día ella durmió en la cama conmigo y ninguno tenía sueño así que nos pusimos a sacar fotos y a jugar con sus muñecos, esa noche estaba en el segundo mes de una gira por América Latina, la próxima parada era Brasil y ella estaba emocionada.

Amo a mi hija y no dejaré que nada le pase, nunca me había separado de ella y me dolía mucho tener que hacerlo pero tenía que protegerla.

Ahora sólo debía esperar a que vinieran por mi.

La Hija De Justin Bieber Donde viven las historias. Descúbrelo ahora