Capítulo 4

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Otro grito ahogado resuena. Pero no pertenece a la chica. ¡Oh no!. La Srta. GRIFFIN se ha girado y está mirando fijamente hacia mí, sus ojos brillan en sombras azules. ¿Sombras de azul? Me aturdo. También estoy avergonzada por haber visto algo inapropiado para un invitado.


"Yo-Yo lo sien—"


La Srta. GRIFFIN está a mi lado antes de que pueda terminar la palabra y me empuja dentro de la habitación. La puerta se cierra de golpe detrás de mí; sus ojos azules están quemando profundamente en mí; presionando mi espalda contra la puerta; sin ponerme un solo dedo encima. Santos Fantasmas. ¿Qué es lo que acaba de pasar?


El sonido de un carraspeo rompe el hechizo.


"No me digas que tenías a alguien para hacerte compañía esta noche". Es la chica. La chica que sostenía contra la pared. Ahora recostada contra la pared y no parece asustada o enojada a pesar de la situación en la que estaba hace sólo un momento. Qué extraño.


"No te dije, porque no sabía que vendría".


"Oh, enserio".


Observo con interés, mientras Srta. GRIFFIN mira a la chica. La chica, o debería decir la mujer, la mira fijamente, impasible. ¡Wow!, Esta mujer debe ser todo un personaje, sino se siente intimidada por la Srta. GRIFFIN. Su aspecto también me hace sostener mi hipótesis. La caída de su cabello negro y lacio alrededor de su rostro, la hace parecer perfectamente diseñada por un pintor. El contorno de sus ojos se arquea a sus extremos, recordándome a los leopardos... guepardos... principalmente a los depredadores. El color rojo sangre de sus labios hechos para hipnotizar, igual que su aplomo, listo para saltar en cualquier momento. Sí, no necesito más de un segundo para notar lo fascinante que es.


¿También será una famosa diseñadora? Su atuendo es notablemente inusual. Bien, su top blanco sin mangas con shorts negro de satén son bastante normales, es la curiosa pieza negra que cuelga sobre su cuerpo lo extraño. Tiene correas parecidas a una liga sobre sus hombros, además de otras que cruzan su pecho. Lo encuentro completamente... excéntrico, para ser honesta.


La Srta. GRIFFIN dio una mirada acertante a la mujer provocando que esta apartara la mirada; levantando sus brazos en rendición.


"Bien, lo entiendo. Lo haré por mi cuenta". La mujer se pone de pie con la gracia de una serpiente frunciendo el ceño en mi dirección; mi alma se encoge. "Te veré de nuevo, otro día". Sacude su cabeza, tirando de su cabello sobre su hombro; mirándome. "Ahora, apártate de mi camino".


Su voz se desliza dentro de mi cuerpo como un cubito de hielo, congelándome. Quiero moverme pero mis piernas rechazan mi mando. ¿Qué esta pasando?


"Quítate mujer", casi gruñe empujándome lejos. Tropiezo; puedo sentir que voy directo al suelo, pero unos brazos me sostienen, salvándome de una desagradable reunión con el frio suelo de piedra. Parpadeo, encontrándome entre los brazos de la Srta. GRIFFIN, su rostro a una mera pulgada del mío. Sus labios se separan, su cálido aliento en mis labios. Me estremezco a pesar del calor mientras me apoya de vuelta a mis pies.


"¡Octavia!" grita; sale por la misma puerta que la mujer hace unos segundos dejo abierta. ¿Octavia? ¿Así se llama?

Fifty Shades of Griffin - CLEXA -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora