Fifty Shades of Griffin - CLEXA -

Capítulo 34

Las cosas son diferentes y aún si, sigo siendo la misma.

Después de nuestro 'flirteo' de hoy por la mañana, la Srta. Griffin insistió en enviarme a clases, de una forma apresurada por el tiempo y a pesar de todo logre llegar justo a tiempo. Lauren me recogió después de clases y me envió a EÓNBLUE. Ella se negó a contestar cualquier de mis preguntas sobre el papel que está jugando, en todo este asunto y me dejó con la Srta. Griffin después recibir otros 10 cc de mi sangre. Después de eso, la Srta. Griffin me mantuvo en su oficina, donde pasé el resto del día completando mis tareas como una chica universitaria. Sea quien sea la Heda que me poseyó esta mañana, ha desaparecido.

Y sin embargo, volvió a la mañana siguiente.

Es la hora del desayuno en el castillo de la Srta. Griffin. Le doy una mirada, mientras ocupa el lugar del centro de la mesa rectangular para ocho, masticando un cubo poco apetitoso de sangre. En la superficie de la mesa caoba, hay un plato con dos cosas sangrientas, con aspecto parecidas al budín. Intento lo mejor para no palidecer por tal vista. Esta no es mi idea de un delicioso desayuno. Lamentablemente no tengo clases hoy, así que no tengo una excusa para engullir mi desayuno y salir corriendo. En su lugar, tengo que sentarme aquí y no hacer caso de los sonidos de la sangre masticada y tragada.

"¿Quieres probar?" La Srta. Griffin sostiene un cubo de sangre en mi dirección.

"No, gracias."

"Es comestible hasta para los humanos".

"Estoy bien, gracias".

La Srta. Griffin le da un mordisco al cubo de la sangre. "No sabes de lo que te estás perdiendo, humana estúpida". La duda, de donde proviene la sangre, me estremece de arriba a abajo. Ser una humana estúpida significa perderse de lo que es probar esa cosa, estoy más que contenta de ser una humana estúpida.

Finalmente, el desayuno se termina, disfruto de una taza de té mientras la Srta. Griffin bebe a sorbos una bebida en una tasa azul, con la palabra GRIFFIN estampada alrededor de ella. Hablando de excesos. Sé muy bien qué tipo de líquido que está bebiendo a sorbos, pero no palidezco por el hecho de que no puedo ver el color del líquido. Nos sentamos en silencio, escuchando los gorjeos de aves en los árboles de afuera. Pero una pregunta permanece sin contestar y la llama, me está consumiendo lentamente desde el interior.

"¿Por favor explícame qué quisiste decir ayer?" Pregunto por fin, incapaz de mantenerlo por más tiempo. " ¿Y qué tiene que ver Lauren exactamente con todo esto?"

La Srta. Griffin deja su tasa y lame sus labios - teniendo un efecto indeseado en mí - y frunce el ceño.