Capítulo 39

1.5K 145 4
                                    

Sin atreverme a hacer algún movimiento brusco, me mantengo de pie, lo más tranquila posible. Mientras tanto, mis ojos están por todos partes del lugar buscando una salida. El vanguardia gruñe, exponiendo sus colmillos. Doblo mis rodillas, preparándome para su ataque. Se lanza sobre mi pero logro esquivarlo con un salto. Maniobro, empujándolo con mis manos extendidas. Y con un grito, golpeo una parte de su cuello haciéndolo caer con un quejido. Esta es la oportunidad que necesito.



Corre.



Fuera de la habitación llego al pasillo y corro, como si mi vida dependiera de ello, porque es literal. Pero apenas cinco pasos más, soy lanzada al suelo de golpe por una fuerza detrás. Los colmillos agudos se ensartan en mi brazo.



Estoy tan muerto. Srta. Griffin, lo siento. Le falle.



Un silbido agudo suena en el aire. Otro par de colmillos aprieta contra mi hombro pero no perforan a través de mi piel.



"¿Pero que tenemos aquí?".



Estoy intentando lo mejor para no gemir de dolor. Los zapatos de cuero grises polvorientos se paran delante de mis propios ojos, tocando el suelo.



La voz que estoy escuchando me sorprende "eres la reclamo de la princesa Wanheda".



Sólo puedo gruñir.



"¿Pero qué estás haciendo aquí y que le hiciste a mi hermano?".



"Alto ahí. Nadie se mueve". Otra voz resuena, solo que esta es femenina y me resulta familiar. "Retrocede, Praneos". Más pasos le siguen a ella.



"¿Qué está pasando?"



"Lo descubrirás muy pronto. Llévate a tus vanguardias".



Camila. ¡Es Camila! Alzo la vista para confirmar el hecho. ¡Sí, es ella! Pero no está sola. Mujeres y Hombres vestidos de negro, con armas de fuego están de pie detrás de ella. ¿Están aquí para rescatarnos?



"¿No voy hacer nada, hasta que me digas quién eres?".



Camila desabrocha su chaqueta de cuero negro que revela una camiseta negra y tira de ella hacia fuera, revelando un emblema grabado en su piel, debajo de su corazón. El silencio sigue pero otro silbido chillón se escucha, un momento más tarde y los colmillos me abandonan. Soy liberada, pero los latidos en el brazo se acompasan con el mayor dolor que nunca antes he sentido, mientras trato de mover mi brazo.

Fifty Shades of Griffin - CLEXA -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora