Capítulo 41

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Todos y cada una de las almas dentro de la sala, han abandonado sus asientos y están de pie, con la mención de quien podría ser.



"¿Heda?" La pregunta resuena a través de la sala, haciendo eco muy por debajo de la cúpula.



"¿Estás segura?" pregunta Olimpia, casi siseando a través de sus dientes; sonando justo como una serpiente a la defensiva.



Miras se vuelve a la Srta. Griffin y todas las otras cabezas la siguen. "Princesa Wanheda, ¿Qué tiene que decir acerca de su reclamo?"



La Srta. Griffin se enfrenta a ellos con ojos color azul brillantes. "Madam Miras, ha reflejado mis sospechas. La duda sobre la sangre de Lexa y su resistencia aparente a mis encantos, apareció en mi mente. No fue sino hasta hace sólo dos días antes de mi captura, que consideré la posibilidad".



Charles señala con un dedo, en acusación a la Srta. Griffin. "Mentirosa".



Edith da vuelta hacia Charles. "¿De dónde sacas tu acusación?"



"¿No te parece extraño?" Charles habla con la cara roja. "Esta princesa ha planeado todo. Ella sabia que su reclamo podía matar a los hermanos Livermore. Era sólo cuestión de tiempo para que los matara a todos".



En ese punto, el hombre con un turbante color índigo habla otra vez, "Tenemos que mantener la calma. No hay necesidad de infundir el pánico, cuando no podemos estar seguros de que esta humana, en efecto, posee el poder de Heda".



"Es correcto Ayers", dice Miras. "Mi lectura es sólo una deducción".



"La princesa Wanheda, admitió la verdadera naturaleza de su reclamo. ¿No es eso bastante?" dice Charles.



"Admití, que considere esa posibilidad. No confirmé en algún momento ese hecho. Incluso ahora mismo con nosotros hablando, Lexa no ha sido debidamente probada".



"Bien, eso puede ser atendido rápidamente". Miras mira a Sintix. "Puedes medir su energía y diagnosticarlo, ¿cierto?. No podemos tomar demasiado tiempo para decidir. El receso es más que un ligero momento de respiro".



Sintix se mueve hasta ponerse delante de mí, mirándome fijamente con ojos sabios. Sus gruesas cejas grises, se levante una fracción de pulgada, agitando su varita de curación sobre mi cabeza. Pronto, un terrible dolor de cabeza me golpea y grito por el intenso dolor. Él aparta su varita de mi cabeza dando un paso hacia atrás.

Fifty Shades of Griffin - CLEXA -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora