Fifty Shades of Griffin - CLEXA -

Capítulo 47

Tiempos como éste, son controlados por la realidad. Un despertar cómo poca energía, teniendo el esquema de las cosas. La comprensión de cómo el mundo no se detendrá, para nadie o algo. Son pensamientos que corren por mi mente mientras me quedo aquí, en mi cama, contemplando los rayos del sol, que luchan para atravesar más allá de mis cortinas. La Srta. Griffin está detrás de mí. Puedo sentirla. Cierro mis ojos, mientras inhalo y exhalo. No deseo, que llegue la mañana.

Los dedos suben sigilosamente por mi cintura, a través mis costillas. Me pongo rígida, tensa, por su tacto evocando una gama entera de emociones dentro de mí. Sus manos se envuelven alrededor de mí, rozando mis pechos, entre cortando mi respiración. Desde atrás, la Srta. Griffin se aprieta contra mi espalda, envolviéndome con su aroma y su presencia.

"Voy a extrañar esto", dice. Su voz ronca, crea olas gigantes de marea en mi corazón. ¿A quién engaño? Son las propias palabras, que me ofrece con su voz ronca. Ella echara de menos esto. Ella me extrañara.

"Yo, ya te extraño".

"Date la vuelta".

Obedezco y me encuentro mirándola, a esos ojos color azul que casi son de otro color. Ellos me hipnotizan y todo lo que hacemos, es contemplarnos la una a la otra.

"¿Srta. — Clarke, esto no es lo qué quieres, ¿verdad?" Pregunto suavemente, rompiendo el silencio entre nosotras.

"Esto no es sobre lo que tú, o yo queremos".

"Sólo quiero saberlo, contéstame. ¿Es lo que realmente sientes? ¿Quieres esto?"

Los ojos de la Srta. Griffin nunca dejan los míos, tomándose su tiempo para responder "No".

"¿Miras, te convenció de hacerlo?"

"No es sólo Miras".

"¿Quién más?"

"No importa".

Pongo mala cara, ociosamente rasguñando mis uñas sobre su clavícula. La Srta. Griffin y los secretos de lo sobrenatural, siempre serán un misterio para mí. Mis uñas toman su camino hacia abajo, hacia la cima del pecho de la Srta. Griffin y mis ojos la siguen. Su cuerpo es una obra de arte. Amo cada pulgada de ella. Amo cada pulgada de lo que está dentro de ella también. "Mis sentimientos no cambiarán", le susurro.