Tu mi Alfa, yo tu Luna

CAPÍTULO 14

Una semana llevo en la manada. Todas las niñas ya juegan libremente al fútbol o a lo que quieran y eso me alegra un montón. Todas las niñas me admiran, y me han dado tantas veces las gracias que no puedo ni contarlas. 

Aunque no deberían dármelas, yo solo he hecho lo que había que hacer. No les he dado ningún privilegio, tan solo un derecho que les había sido arrebatado injustamente y sin ninguna razón aparente.

Llevo soñando toda la semana el mismo sueño. La mujer de pelo oscuro y piel pálida con dos colmillos muy parecida a mí no se va de mis sueños. El sueño es el mismo excepto por un ligero cambio. La mujer no solo me llama hija si no que repite siempre la misma frase "Eres mi hija, eres la elegida, tú eres la que acabará con el mal, eres y siempre serás especial"
Después aparece mi padre, la besa y todo se vuelve negro. Siempre despierto agitada pero Luke no se da casi nunca se da cuenta. Solo se despertó una vez y le dije que solo había tenido un mal sueño.

¡Un sueño que me va a volver loca!

Bajo a la cocina y veo a Ana preparando lasagña. Que bien huele.

-Hola Ana. -las saludo preparando un vaso de agua.

-Hola Luna -ruedo los ojos ante su saludo. No sé cuántas veces le he dicho que me llame por mi nombre, pero ella no acepta.

Salgo de la cocina y me dirijo al mini gym, necesito desahogarme. Le pegó al saco durante más de media hora, y no dejo de pensar en el maldito sueño Rato después decido salir a correr un rato.

Agarro el móvil y mis auriculares para correr. Pongo numb de linking park. La voz de Chester inunda mis oídos y todos mis pensamientos.  

Salgo de la mansión sin encontrarme a Luke, llevo sin verlo desde esta mañana. Luego lo buscaré.

Mientras corro por el parque muchas niñas y mujeres me sonríen y saludan con la mano, yo les devuelvo el gesto. Sigo corriendo sin descanso, la música a todo volumen y el viento chocando contra mi cuerpo es lo único que existe en mi vida por unos momentos. Logro despejarme un rato, y estar completamente tranquila.

Llevo una hora corriendo hasta que unos ruidos me distraen. Escucho unos gritos. Me quito los auriculares y me guardo el móvil.  Paro automáticamente e intento identificar de donde vienen los gritos. Los gritos me conducen a un pequeño callejón donde se ve que no vive nadie, está alejado de la zona donde más reside la manada, nunca había venido aquí. 

Giro a la derecha guiada por los gritos. Se que estoy indefensa, pero no puedo ignorar lo que esta pasando. Ni siquiera se que es lo que pasa. Veo a un vampiro. Su mirada es totalmente gélida y tiene los ojos totalmente rojos, lo quiere decir que está enfadado, los colmillos fuera y tiene la piel tan blanca como el papel. Aparenta unos treinta años, aunque no se puede saber cuántos tiene.

Acorrala a una mujer lobo de mi edad. Él tiene un trozo de metal con el que le está atando las mano. El metal no hace daño a los hombre lobos solo que no deja que te transformes, lo que los deja casi completamente indefenso.

¿Que hago para ayudarla?

Soy buena en boxeo, en Karate y en Kung fu. Pero una cosa es enfrentarte a un humano y otra muy distinta es enfrentarte con un vampiro, que puede beber tu sangre y matarte en segundos, mientras que lo único que sentirás es un fuerte pinchazo en el cuello mientras cada vez te sientes más cansado. Hasta que desfalleces y cierras los ojos para no volverlos a abrir jamás.

El vampiro acerca su boca al cuello de la chica. Ella chilla asustada mientras intenta apartarse. Cosa que no da mucho resultado. Él vampiro sonríe mientras la mira. A mi aun no me ha olido, el olor a humano es mucho menos fuerte que el de un hombre lobo, y ahora mismo de lo único de lo que ese esta pendiente es de la chica.