hoy el sol brilla por más rato

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—Gracias por preocuparte por mí —vacila Chanyeol. El destello enigmático en el rostro de Baekhyun vuelve a aparecer.

—No es nada. Si llegas a necesitar ayuda no dudes en solicitarla. Con Jinri o conmigo.

—De acuerdo

—Entonces, hasta lue-oh...

—¿Qué pasa?

El más bajo mira el asiento de Chanyeol, encontrando allí algo interesante.

—Eso sigue ahí, creí que lo habían quitado —musita Baekhyun para sí mismo y Chanyeol en seguida voltea la vista hacia el pupitre.

Todos y cada uno de los asientos están en perfectas condiciones y Chanyeol lo sabe, pero en el suyo hay escrito una corta oración de la que apenas se percata. Profundiza un ceño fruncido, leyendo tan curiosa frase.

«Había una vez alguien que quería contar sobre cómo las suaves brisas se llevan las flores volando.»

Baekhyun lo mira con pasmo y Chanyeol retrocede un paso en posición de defensa:

—Oh, no no no. Yo no escribí semejante cosa.

—¿Se-Semejante cosa?

Los ojos de Baekhyun son grandes.

—Así es. Yo... —Chanyeol boquea. ¿Por qué razón no quiere parecer un cursi? Simplemente: no lo es— no sé en qué mente cabe escribir tales cosas. Recién lo leo y se me hace bastante extraño, jamás escribiría algo así.

Ríe con ganas, silenciándose de golpe en cuanto el pequeño vuelve a hablar.

—Sé que tú no lo escribiste, porque fui yo.

Uh-uh.

Se siente como ser golpeado en el estómago tan duro que se queda sin respiración. Así que Baekhyun lo había escrito. Rápidamente vuelve a leer la frase con más detenimiento esta vez. Flores, brisas. Alguien que quiere contar sobre esos elementos. ¿Por qué no lo hubo notado antes?

—Entonces fuiste tú. ¡Ya veo! Es algo de admirar —suelta una risa fuerte y nerviosa que hace a su cara torcerse de un extraño modo.

—No te preocupes por ofenderme, no lo hace —desciende los ojos y Chanyeol nota que está intentando mantener una sonrisa incómoda dentro—. Debería llamar al personal de limpieza para que borren eso.

—¡Espera! Bae- —se atora al decir su nombre. ¿Por qué es tan complicado hablarle—. Enrealidadmegustamucho.

—¿Qué has dicho?

—Me gusta —suelta al fin, desviando la mirada—. Me hace preguntarme qué es lo que esa persona quiere contar.

—¿De verdad?

Allí está. Chanyeol se percata de ese anhelo atravesando el rostro de Baekhyun, aquel que Chanyeol podía sentir cuando lo leía a través de los mensajes y los archivos. Es verdadero y muy honesto. Entonces también es real el hombre gigante y el árbol de cerezo junto a sus hijos botones.

Chanyeol se muerde el labio. Ya sabía que era real de todos modos. Había confiado en Baekhyun desde el inicio, por más extraño que fuera.

—Sí —murmura. Cada palabra dicha con el corazón esta vez, aunque revestida todavía—. Tenemos que ser críticos con los textos ¿no es así? Me pregunto si podrías decirme qué significa —lee la oración de nuevo, acariciándola con las yemas. Se pregunta cuántos sentimientos contendrá para el pequeño escritor una frase pequeñita.

—No es nada realmente —sin embargo Chanyeol puede notar el ligero color carmín sobre sus mejillas—. Fue instantáneo y ya.

—Pero en verdad quiero saber. Es una flor tan pequeña que, estoy seguro, puede crecer mucho.

Chanyeol se muerde la mejilla al momento de soltar lo de la flor e inspecciona lentamente a Baekhyun por si él ha encontrado algo extraño en sus palabras.

—Una flor —el más bajo dice con una sonrisita de por medio, brillando de un contento silencioso que Chanyeol nota sabiendo el porqué—. A lo mejor no puede crecer pero sí puede formar parte de un árbol.

—Eso estuvo muy bien dicho.

Por primera vez en lo que va del día, Chanyeol sonríe sin reservas para él. La gente a su alrededor poco a poco se va ausentando, pasando junto a ellos hasta que al final sólo queda la asesora quien se despide junto a un par de alumnas más.

—Nos vemos mañana, Baekhyun. Cuida bien esa cintura ¿de acuerdo?

—Claro, lo haré. Hasta luego.

—¿Esa cintura? —pregunta Chanyeol, a lo que Baekhyun asiente al mismo tiempo que toma sus cosas listo para irse.

—Hace poco me golpeé por caer de una gran altura. No es nada.

La sensación de algo amargo cruza el pecho de Chanyeol y su cara se oscurece. Entonces recuerda.

—¿Baekhyun? —el aludido se sobresalta en cuanto oye su nombre ser soltado con demasiada confianza. Lo que no sabe es que Chanyeol lo ha repetido tantas veces en alto, siempre en lo solitario de su apartamento que no puede evitar que le salga tan natural— Tengo un par de pomadas que no pienso utilizar. Si los dolores no cesan puedo dártelas.

Los ojos del mayor se vuelven grandes de la sorpresa. Bien, eso fue demasiado amistoso aun habiéndose hablado y conocido hace menos de diez minutos, pero Chanyeol lo trata como si fueran ya un par de amigos. ¿No es eso lo que son o están en proceso de ser por chat? Sin poder retirar sus palabras, decide que no importa y que al final podrá hacer algo por Baekhyun como tanto hubo querido al saberlo herido de su cadera. No le deja responder y aprovecha el estupor del más bajo para despedirse después de asegurarle que traerá las pomadas para la próxima.

También, se va no sin antes hacerle prometer que le contará acerca de cómo las suaves brisas se llevan las flores volando.

Al salir, sabe, tiene que ser cuidadoso en no ser descubierto. Pero lejos de preocuparle, está pensando solamente que los rayos de sol iluminan con más calma el día de hoy.

Quizá pueda pasear por allí un rato antes de volver a casa debido al buen tiempo. Aun si cuando pequeño solía sentirse solo si no había nadie cerca, ahora mismo no necesita compañía. De todos modos la esencia de Baekhyun y sus palabras, su imagen y sonido parecen estar presentes delante de Chanyeol, que se encuentra sonriendo sin darse cuenta de ello al recordar su primera interacción verdadera.

Blossoms day ✽。 chanbaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora