Park Chanyeol sabe que corregir textos no es precisamente la ocupación más sencilla del mundo, no obstante, no va a negarse a hacerlo cuando recibe un correo electrónico equivocado donde un chico de palabras tan dulces como su persona le solicita ay...
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Después de un día agotador llega a casa, tira la mochila a un lado y sin molestarse en prender las luces va directo a dejarse caer sobre el sillón.
Se pasa las manos por el pelo y permite que su mirada se pierda en un punto del techo, ya que últimamente sus pensamientos gustan de girar en torno a una persona hasta dejarle agotado cuando llega la noche. Hoy la rutina no cambia.
Nunca pensó que su gran altura pudiera pasar desapercibida por cierto alguien durante un par de semanas. O puede que la verdadera razón de eso es que Baekhyun ha estado dándole su espacio, no queriendo acercarse hasta que Chanyeol tome la iniciativa. La única cosa de la que tiene certeza es que, después de todos esos días sin atreverse a siquiera asistir a los asesoramientos, ha empezado a extrañarlo. Y mucho.
Durante todas y cada una de las tardes en que solo se puede escuchar el sonido de las aves en su insípido departamento, siente sus dedos picar por tomar el bolígrafo y escribirle algo. Ni siquiera para enviárselo por correspondencia sino simplemente soltar palabras a diestra y siniestra que traten sobre él.
Sabe que si sigue a este paso, estará más perdido. Quiere hacerle caso al sentimiento que predomina en su corazón pero al mismo tiempo tiene tanto miedo. Tal vez, de nunca haber hablado con Baekhyun por mensajería todo habría resultado más fácil; dejando que las circunstancias se dieran por sí solas, él habría tomado asesorías con él gracias a la presión de Yixing y Jongdae y al final hubiera acabado por conocerlo, salir con él, enamorándose al paso de los días.
Pero quizá, fue el hecho de conocer su parte más sensible y sincera lo que lo descolocó. Conocer sus más puras y amorosas letras. Posiblemente, de no haberlo hecho jamás habría puesto gran atención en Baekhyun y se habría limitado a verlo como un tutor. Y eso no se lo hubiera perdonado al universo nunca, ni a sí mismo, porque definitivamente Baekhyun es algo más, mucho más.
Aunque le inquieta todavía, una pequeña sonrisa de alivio asoma en su cara. Se atreve a confesarlo: se alegra mucho de haber podido coincidir con él.
Sin pensar demasiado en sus acciones se levanta y camina hacia la cocina donde dejó la laptop el día anterior, regresando después a lo mullido del sillón con pasos lentos.
Sabe que es una locura, así de sencillo. Es como volver entrar en la boca del lobo pero no se da cuenta que está dejando el razonamiento para después por querer ir en búsqueda de lo que necesita. Incluso se ha dispuesto un pie de zarzamora y un chocolate afín de encontrar la dulzura y la ternura que su corazón ansía tener.
Sabiendo de antemano, en realidad, que solo hay una persona en la que puede encontrar eso y más.
Su corazón da un vuelco cuando teclea y envía el primer mensaje, creyendo que pasarán al menos dos días para recibir una respuesta pero si algo se ha de esperar de Byun Baekhyun, es sorprenderse por cada uno de sus procederes. Especialmente cuando, contra todo pronóstico, éste le responde al poco tiempo.
