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— ¡Lee! —me estoy imaginando como se vería un cuchillo clavado en el medio de su frente— ¡Deja de pararte ahí como una estatua, se supone que tienes que intervenir en esa escena!.

La odio.

Si antes Hye era cargosa y molesta, ahora era el triple de jodida. Es tan perfeccionista y meticulosa en todo que me dan ganas de estrellar su carita en todo el suelo de el gimnasio.

Me siento como un asesino en serie, siento que en cualquier momento voy a correr hasta donde está ella y voy a estrujar su delgado cuello entre mis manos hasta sacarle el último suspiro.

— ¡Lee! —su siguiente grito me sacó de mis pensamientos.

Traté de tranquilizarme e hice lo que se supone debía hacer en esta parte de la obra.

— ¡Más emoción! —exigió.

Volví a repetir las lineas respectivas aumentando mi tono de voz y haciendo ademanes con la mano de manera exagerada.

— Un poco mejor —encogió sus hombro y me miró cansada.

Quiero ser RenJun, él simplemente se pincha con la rueca y queda dormido el 80% de la obra. Yo tengo que aparecer casi la más de la mitad de toda la obra.

Ji Hwa se encargó de arreglar la historia agregando un toque "único" y "representativo" del salón. El maestro dijo: "Sean creativos".

Idiota. Claro, es fácil decirlo cuando no vas a ser tú quien va a tener cientos de pares de ojos prestos a juzgarte por cualquier error.

En fin, lo único que quería era regresarme a mi casa y comer, nunca antes había sentido tanta hambre en toda mi vida.

El olor a humedad del gimnasio me hacía sentir más aquel vacío en mi estómago provocando también un fuerte dolor de cabeza, mis ojos dolían como si hubiera leído toda la maldita noche.

— ¿Ya me puedo ir? —pregunté a Hye.

— No, son dos horas de ensayo y quieras o no tienes que quedarte hasta que todos acaben —espetó con un claro fastidio.

Bien, lo sé, no somos las mejores amigas y deseo de todo corazón que luego de esto ni siquiera nos hablemos. Porque, Kim Hye, también te odio.

Arrastre mis pies hasta una silla y me senté de mala gana.

Tengo tanta hambre que seria capaz de comerme en este mismo instante a RenJun.

Reí internamente por mi tonto repentino pensamiento.

Recordé las sabias palabras de Willy Wonka...

"...Pero eso sería canibalismo mis niños y está prohibido en muchas sociedades".

¡No al canibalismo!

— ¡___! —salté en mi sitio hasta el punto de casi caer de la silla, una mano tomó mi muñeca impidiendo que esto sucediera.

RenJun. Si supieras que hace unos segundos me planteaba la idea de comer... ¡Lee ___! ¡Tonta!.

— Lo siento —se disculpó riendo y soltando mi muñeca luego de que me reincorporara en la silla.

Jaló una silla desde algún lado y se sentó a mi costado.

Por cosas extrañas de esta vida, ahora ya no me sentía incómoda o molesta por tenerlo cerca.

Estúpidos cambios de humor repentinos típicos de la jodida adolescencia.

— ¿No actúas en esta escena? —pregunté al percatarme de que él debía estar recostado fingiendo que dormía.

PAPER HEART  ➽  Huang RenJun Donde viven las historias. Descúbrelo ahora