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— ¿Se puede saber por qué le diste el número de teléfono de mi casa? —le dirigí mi mirada más mortal y usé mi tono más molesto.

— Hola, ___, sí, yo también te extrañé —ironizó.

— El saludo está de más. ¿Por qué le diste el número de teléfono de mi casa? —repetí mi pregunta, sin embargo Ji Hwa no borró su sonrisa a pesar de mí tono apático.

— ¡Hey! Hubieras visto como sufría el pobre, estaba tan angustiado, creía que algo malo te había sucedido; eres cruel por no decirle a tu novio que....

— ¿Novio? —la interrumpí abriendo mis ojos de par en par luego de oír aquella palabra.

— Claro, o, los compañeros de clase también se besan —lanzó una mirada pícara que inmediatamente borré con un golpe en su brazo.

Pasé por su lado fijando mi mirada en un solo objetivo, mi asiento.

¿Novio? ¿RenJun?

Observé al asiento delante mío y lo encontré vacío. Gracias al cielo, RenJun aún no llegaba.

Pude sentarme y acomodarme sin ningún tipo de obstáculo.

Pero los buenos momentos no duran mucho.

— Oh, ahí estás —su voz, su dulce y pegajosa voz— Ayer que te llamé, la conversación se cortó y...

— Tiré el teléfono —interrumpí.

— Oh, se te cayó, ya veo. Fue un accidente, no te sientas culpable —me giré a verlo y en mi se armaba toda una extraña maraña de pensamientos confusos respecto a lo que acababa de decir.

¿Se hacía el tonto o de verdad no me había entendido?

— Yo lo tiré a...

— ¡Tomen asiento todos! —no terminé de hablar, el profesor entró, como siempre, en el momento menos deseado.

¡Yo lo tiré a propósito porque no quería hablar contigo, porque no te quiero, porque me haces mal!, eso quería decir, pero últimamente, más que antes, las cosas me salen mal.

Sonrió ampliamente y tomó posesión de su respectivo asiento.

Un largo día me esperaba.

[...]

Ya a la hora del descanso, decidí que lo más sensato que podía hacer, era quedarme en mi sitio mientras fingía que dormía.

En parte, agradezco mucho que RenJun no se acerque a hablarme sobre ese beso.

— ¿Vas a quedarte ahí? —levanté mi rostro y lo observé, parado, a mi costado, con una amplia y dulce sonrisa.

— Sí —respondí y volví a enterrar mi rostro entre mis brazos.

— Entonces me quedo también —habló con decisión.

— ¡RenJun ven acá! —unos chicos lo llamaron desde la puerta.

— No voy a morir si me quedo sola —esforcé una expresión amable para que saliera del salón.

Miró algo dudoso al exterior, luego volvió su mirada a mí.

— Está bien —asintió y salió corriendo del salón.

¡Gracias dios por acordarte de mí!.

Volví a lo mío, enterrar mi rostro en mis brazos cruzados sobre mi pupitre y empezar a pensar en una forma de deshacerme de RenJun.

De seguro me quedé dormida.

¿Por qué él es así? . Se ve tan amable y en realidad lo es. Es dulce e inocente, ingenuo diría yo. Cree que todos son buenos y que todos tienen un gran corazón. Me doy cuenta de aquello por las veces en la que hemos hablado, siempre tan bueno. RenJun ¿crees realmente que alguien como yo puede darte cariño?

PAPER HEART  ➽  Huang RenJun Donde viven las historias. Descúbrelo ahora