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—¿Por qué no me contaste que estabas yendo al psicólogo? —me miró serio y arrebató de mis manos el delicioso cupcake que estaba a punto de devorar.

Estiré mi brazo para intentar arrebatarle el postre pero un repentino dolor en mis cosillas me hizo arrepentirme de ello.

—Solo lo sabe Jiwon. Jeno y Donghae ignoran esto, así que no lo digas en voz alta. —llevé mi dedo índice a mis labios indicándole silencio.

—¿Cuál es tu diagnóstico? —frunció su ceño.

Suspiré. Alcancé hasta mi mesa de noche a un costado de mi cama y del primer cajón saqué una bolsa con cajas de pastillas.

—Tengo trasntorno de ansiedad con tendencias depresivas. —bajé mi mirada y le tendi la bolsa de pastillas—A decir verdad esas cosas solo me ayudan a dormir más y cuando me pongo mal me mantienen en un estado somnoliento y estúpido, pero logran ciertas veces subirme el ánimo. Odio al psicólogo, es una persona extremadamente positiva a mi parecer, me gustaría que pudiera ponerse unos segundos en mi lugar.

—Deberías hablar más abiertamente con otros de esto. —sus dedos se posaron en mi barbilla y levantaron mi mirada—A veces eso ayuda más que estas cosas. —alzó el paquete de pastillas.

—HyunJin, a veces hubiera deseado no nacer. —mi voz no se quebraba pues aquello era algo que me repetía una y otra vez en voz alta—Yo solo fui un error, mi madre debió matarme antes de que naciera, pero ella solo me dejó ver la luz de esta vida para lanzarme luego a un laberinto sin salida, me abandonó.

—Lo sé, sé cómo se siente ese callejón sin salida en el cual pareces estar de un momento a otro. —su mano tomó mi mejilla y empezó a acariciar esta—Pero siempre va a haber una luz al final, a veces no la vemos pero esta allí, y cuando todo parece estar terminando esa luz aparece y con ella la esperanza.

—¿Tú crees que hay una luz para mí? —bajé mi mirada y jugué con mis dedos.

Sus dos manos tomaron todo mi rostro y levantaron este, buscó mi mirada y sonrió.

—Claro que sí. Esa luz existe y va a estar contigo en el momento preciso para sujetarte antes de que caigas.

Y esa tarde le conté a HyunJin mis más profundos temores y penas, mis resentimientos y ansias de una respuesta. Le exprese cuan ofendida y resentida me sentía con todos, como me era imposible perdonar y como la furia se apoderaba de mi en momentos haciéndome salir de control y provocando que haga estupideces, en el casi mes que llevo viviendo aquí, he luchado demasiado por controlarme.

—HyunJin ¿la canela es dulce? —pregunté cambiando rotundamente de tema siendo aquello efecto de las pastillas que acababa de tomar.

El chico sonrió comprendiendo mi estado, había pasado horas haciéndome conversación y compañía, lo cual agradecía bastante pues no quería ver a Jeno, Jaemin y mucho menos a RenJun que visitaban con frecuencia la casa; probablemente en estos momentos ese trío este pululando por allí.

—No lo creo. —frunció su ceño e hizo una mueca de desagrado.

—¿Y el veneno es dulce? —sonreí como tonta y tire mi cabeza reposandola en la cabecera de la cama.

—Nunca he provado veneno. —rió—Pero puedo asegurarte que no es nada dulce.

Curve mis labios en una ligera sonrisa y volví a tirar mi cabeza a adelante.

—Hay una canción que me gusta mucho y en una parte dice: ahora mi vida es dulce como la canela, recogeme y tómame como vitamina
Porque mi cuerpo es dulce como el veneno de azúcar. —cerré mis ojos pesadamente y reproduje mentalmente la melodia empezando a tarearla.

PAPER HEART  ➽  Huang RenJun Donde viven las historias. Descúbrelo ahora