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Ha pasado ya casi medio mes. LenYi ha vuelto a la escuela y digamos que cada vez que accidentalmente nuestras miradas chocan nos descuartizamos, insultados, y tiramos piedras con la mirada. Con su presencia también, RenJun ha vuelto a ser el mismo con ella, a veces intenta hablarme, pero tan solo con esquivarlo una vez es suficiente, él no vuelve a insistir.

Tal vez me gustaba que me insistiera. Ahora solo se encarga de hechar sal a mis heridas.

Idiota.

— Me duele la cabeza. —su tono de queja de niño me hizo simplemente enternecer y, automáticamente, olvidar por unos segundos a RenJun.

La maestra de historia había enfermado y no había algún otro maestro que la quisiera reemplazar, por lo cual hubieron dos horas libres (obviamente serían recuperables a futuro), en las cuales indudablemente no me quedaría encerrada dentro de esas cuatro paredes.

— Dame cariño. —recostó su cabeza en mis piernas dejándome apreciar su perfil y cerró sus ojos intentando dormir.

— HyunJin —llamé haciendo que este abriera tan solo un ojo y me mirara con el rabillo de este para prestarme atención— No debes quedarte a jugar hasta tan altas horas de la noche, luego no duermes bien y finalmente te duele la cabeza. —alcé mi voz regañandolo.

Abulto su labio inferior y se giró dejándome verlo de frente.

— Lo siento, pero, ya sabes, jugar es como besar, te gusta y no quieres parar. —rió y negué ante sus palabras desaprobado su actitud— No me digas que no te pasa lo mismo.

Abrí mis ojos a tope e instantáneamente golpee su pecho con mi mano recibiendo una queja de su parte con risas acompañadas.

¿Qué se podía decir que éramos? Unos muy buenos amigos que se consuelan y hallan cariño en el otro tratándose casi como una pareja o, en palabras abreviadas, amigos con derechos.

Me gustaba, me gustaba con éramos él y yo, un día me sentí libre de contarle y desfogar con él todo lo que había tenido que soportar los últimos meses, eso que quizás hubiera querido compartir con RenJun, pero que, de alguna forma u otra, él terminó siendo parte de esa pesadilla.
HyunJin me abrazo y dejó que empapara su camiseta nueva con mis lagrimas y que bosiferara contra todo y todos, me hizo sentir comprendida y eso trajo un poco de calma a mi corazón.

El cielo se había nublado, pero el ambiente cálido y húmedo seguía presente.

La mano de HyunJin se estiró buscándo la mía y cuando la halló la llevó directamente a su cabeza.
— Peiname. —pidió e inmediatamente mis dedos empezaron a enredarse en su cedosa negra cabellera.

Su rostro demostraba cuanto le relajaba aquello, y, sinceramente , provocaba el mismo efecto en mi.

— Has estado muy callada ¿ha pasado algo? —habló de pronto sacándome de la concentración en la que me encontraba sintiendo como mi mano acariciaba sus cabellos y estos se deslizaba entre los intersticios de mis dedos causando tenues cosquillas.

— ¿Por qué lo dices? No creo ser muy habladora ¿o sí? —respondí algo irónica.

Soltó una leve sonrisa y asintió.
— Sí, si no te conociera podría decir incluso hasta que eres muda. —rió— Lo digo porque tienes ese rostro triste, el brillo de rus ojos se ha ido y te quedas mirando a la nada de un momento a otro, como si delante de tus ojos pasaran tus más tormentosos recuerdos.

Tenía razón.
¿Cómo? ¿Cómo podía conocerme tanto? O ¿Yo era muy evidente?

Me quedé en silencio, pensando, y cambié mi decisión de no decir nada y sufrir sola, a recibir un abrazo y cariño.

PAPER HEART  ➽  Huang RenJun Donde viven las historias. Descúbrelo ahora