Capitulo 27

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El primer instinto de Ryeowook fue interponerse entre su marido y el extranjero, pero Yesung lo empujó detrás de él. Respirando con dificultad por temor y de shock, miró por encima del hombro.

El hombre estaba vestido de civil con sus miembros casi esqueléticos. Era alto y grande, mirando como si no hubiera dormido o comido bien en meses. La capa de su hirsuto pelo negro necesitaba un corte. Él los miró con mirada salvaje e inquietante de un loco. A pesar de todo, no era difícil ver que una vez había sido hermoso. Ahora era una ruina casi. Un hombre joven, con un rostro viejo y los ojos embrujados.

-Regrese de los muertos - dijo Bennett con voz ronca. - No pensaste que lo haría, ¿verdad?

- Bennett. . . Mark. – Cuando Yesung habló, Ryeowook sentía temblores casi imperceptibles que atravesaron su cuerpo. - Nunca supe lo que te pasó.

-No - negó Bennett con el revólver. - Estabas demasiado ocupado salvando a Fenwick.

-Bennett, pon esa maldita cosa abajo... Tranquilo, Albert... prefería morir a dejarte allí.

-Pero lo hiciste. Y he pasado por un infierno desde entonces. Podrido y muerto de hambre, mientras que te convertías en el gran héroe de Inglaterra. Traidor. Bastardo - apuntó la pistola en el pecho de Yesung. Ryeowook quedó sin aliento y se acurrucó contra su espalda.

-Tuve que rescatar a Fenwick primero - dijo Yesung con frialdad, su pulso acelerado. - No tenía elección.

-Como el infierno. Querías la gloria por salvar a un oficial superior.

-Pensé que estabas acabado. Y si Fenwick hubiera sido capturado, habría arrastrado todo tipo de conocimiento perjudicial para todos.

-Entonces debiste haberle disparado, y sacarme de allí.

-Estás fuera de tu mente sangrienta - espetó Yesung. Que probablemente no era lo más inteligente que decir a un hombre en el estado de Bennett, pero Ryeowook no podía culparlo. - El asesinato de un soldado indefenso a sangre fría? No por ninguna razón. Ni siquiera a Fenwick. Si quieres matarme por eso, sigue adelante, y el diablo te lleve. Pero si dañas un pelo de la cabeza de mi esposa, te arrastrare al infierno conmigo. Y lo mismo paso con Albert fue herido mientras te defendía

-Albert no estaba allí.

-Lo dejé contigo. Cuando regresé por ti, estaba sangrando de una herida de bayoneta, y una de sus orejas estaba casi cortada. Y te habías ido.

Bennett parpadeó y lo miró con un destello de incertidumbre. Su mirada se trasladó a Albert. Sorprendió a Ryeowook por su descenso hasta sus cuartos traseros y gesticulando al perro.

- Ven aquí, muchacho.

Albert no se movió.

-Sabe lo que es un arma de fuego - Ryeowook, oyó decir a Yesung secamente. - No irá a ti a menos que la sueltes.

Bennett vaciló. Poco a poco puso el revólver en el suelo. –Vamos - le dijo al perro, que gemía en la confusión.

-Anda, muchacho - dijo Yesung en voz baja.

Albert se acercó con cautela Bennett, meneando la cola. Bennett le frotó la cabeza peluda y le rascó el cuello perro. Jadeando, Albert le lamió la mano.

Apoyada contra la parte posterior de Yesung, Ryeowook sintió un poco de la tensión salir de él.

-Albert estaba allí - dijo Bennett en una voz diferente. - Recuerdo que me lamía la cara.

-¿Crees que lo habría dejado contigo, si no tuviera la intención de volver? -

Exigió Yesung.

-No importa. Si la situación se invirtiera, Fenwick me habría disparado, y te hubiera salvado

Enamorándonos Al Atardecer [YeWook] Libro 5  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora