•Capítulo 7•

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*Otro día ya era, Miku se dirigía a su institución, estaba algo cansada por lo que podían observar los demás.

*Su cabello estaba un tanto desordenado, tenia unas notables ojeras... Era un mal día para ella, ya sabemos el motivo de su cansansio.

*Aquel tipo de cabellos azules la miró preocupado, sin más se acercó a ella nervioso.

—¿Que pasó? No te ves bien— Comentó Kaito.

—¿Ah si?— Dijo sin importancia.

—Volviste a ese lugar, ¿Verdad?—

*Ella solo sonrió de lado mientras él la miraba de reojo. La tomó bruscamente del brazo casi arrastrándola a un lugar despejado de la mayoría de los alumnos; poco le importaba sus gritos o como los miraran los demás.

—¡Te dije que te ayudaría, no tienes porque hacer esto!— Gritó Kaito— ¡No estás sola!—

—¡No podrás ayudarme siempre! ¿¡En que me ayudaste hasta ahora!?— Gritó ahora ella.

*Tenia razón, Kaito prometió que la ayudaría una vez se entero de sus problemas... Pero no lo a hecho hasta ahora.

—¿¡Porque te preocupas tanto por !? ¡Ambos sabemos que algún día te alejarás dejándome sola! Como todos— Dijo ella.

—Yo jamás te dejaré sola; prometí ayudarte y eso haré— Dijo Kaito ya tranquilo.

—¡Mentira! ¿¡Cuantas personas me han dicho eso!?, ¡Varias! ¡Todas son iguales!—

—Yo no lo soy—

—Mira, hagamos algo. ¿Porque no te regresas y me dejas sola? ¡Así no habrán problemas! ¡Lo único que obtendrás conmigo son problemas, algún día te cansaras y te irás! ¡Admitelo de una vez!— Gritó con los ojos llenos de lágrimas.

*Eso fue suficiente para Kaito, apretó los puños y con la mirada hacia abajo gritó lo más fuerte que pudo.

—¡ME GUSTAS!— La aqua-marina quedó perpleja a esas dos palabras— ¡Me gustas desde hace ya mucho, cualquiera que supiera tu secreto se alejaría de ti al instante pero yo no! ¡Eres alguien fuerte y en verdad que con ayuda no seguirás los malos pasos! ¡Me gustas en verdad y quiero ayudar!—

*Miku solo se fue del lugar sin palabras, y un enorme sonrojo... No sabia si confiar en él o no, nadie se había preocupado tanto por ella.

*Por otro lado Kaito tenia una enorme sonrisa plantada en sus labios, confesó sus sentimientos tan repentinamente; aunque estaba algo avengorzado no se arrepentía de haberlo hecho.

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Se viene lo bueno🌚

Inocencia - CONCLUIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora