Mochi ~•Yoonmin

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JiMin volvía a reproducir por cuarta vez la canción mientras trataba de aprenderse y repasar toda la coreografía, no le importaba el dolor de sus heridas, sus costillas trisadas a medio sanar, la cortada a medio cicatrizar o el hecho de que sus músculos no podían más por el exceso de esfuerzo físico que sufrió ayer y se desgarraban a cada movimiento que realizaba.

Su mente no pensaba con claridad en su salud o si lo que estaba haciendo estaba bien, solo quería desconectarse y mantener su mente fuera de cualquier otra cosa que no fuera los pasos para su próximo comeback y presentaciones, quería parar toda esa tormenta que se le venía encima por lo menos unos minutos.

Sus pies se movían por su respectiva posición dentro de la canción, sus manos trataban de encontrar la perfección en sus movimientos, intentando siempre de estar alineadas con su torso, sus ojos se fijaban casi sin pestañear en el espejo enfrente suyo tratando de encontrar algún error en sus pasos o en su expresión y por ultimo sus labios se mantenían abiertos murmurando simples guías para no volver al mismo error qué había cometido con anterioridad en sus pasos; Realmente había llegado al estado de concentración que buscaba, ya casi habían momentos donde estaba tan concentrado en su reflejo que dejaba de escuchar la música, era tanto su nivel de concentración que ni siquiera se fijó en que D había entrado y puesto detrás de él.

La música paró un momento para cambiar a la siguiente y fue ahí donde hasta la de recepción en el primer piso del gran edificio escuchó el gritó de JiMin, este de la impresión había caído de espalda al suelo, soltando un gritó por el susto y el dolor de recibir el impacto sobre la cortada a medio sanar mientras escuchaba las carcajadas de su tío y empleado.

--Ah JiMin... la torpeza no se te ha quitado, ven te ayudó -- Dijo D tomando de la mano de su sobrino ilegitimo y dejándolo parado enfrente del, no tardó mucho en atraerlo a su pechó y darle un abrazo fraternal, había extrañado mucho a su pequeño amigo, a su jefe, a su hijo falso, a su sobrino.

-- ¿Pero no estabas en Daegu?, tenías una reunión hasta la próxima semana – Preguntó JiMin mientras reforzaba el abrazo con D, era lo que más necesitaba, necesitaba de su padre, de una figura paterna y su tío era lo único que tenía, era prácticamente uno de los miembros más importantes de su escasa familia.

--Me entere de todo, no pienso dejarte solo con lo de Noah, esto dejó de ser una guerra de mafias hace mucho, ese maldito hijo de perra lo único que quiere es a ti y yo le he prometido a tu padre que te cuidaría, aunque eso me costará la vida pequeño Mochi—Confesó el adulto acariciando el pelo de JiMin y mirándolo con una sonrisa.

-- Gracias... sabe, extraño a mi padre, quisiera verlo y contarle todo... -- Respondió JiMin descansando su cabeza en el pecho del contrario mientras este seguía jugando con sus cabellos relajándolo, el adulto también extrañaba al padre de JiMin, era su amigo de la infancia y el no verlo más de un día a otro le dolía.

-- Todos queremos ver a nuestros seres queridos JiMin... pero en muchas ocasiones no podemos, solo tenemos que sentirlos, saber que ellos nos cuidan y miran de donde están, tu padre estaría orgulloso de ver todo lo que lograste mi niño, no te preocupes ya verás que todo saldrá bien... --JiMin rio despacio y sin ganas separándose de D para mirarlo a los ojos.

-- Me hace gracia lo de que todo saldrá bien... es frustrante que después de seis años todo lo que he mantenido escondido debajo de la alfombra empiece a salir y cagarme el día... creó que estoy teniendo mala suerte, todo lo que intentó está saliendo mal ...--

-- Vamos Señor Park, enserio el gran asesino, traficante y el mejor jefe del mundo está creyendo que tiene mala suerte ja, Jiminnie tú no tienes mala suerte, te juro por tu padre que todo va a salir bien a partir de...—El mayor no pudo terminar de hablar cuando la puerta del salón se abrió golpeando fuertemente con la muralla, ahí venia nuevamente la mala suerte de JiMin