ONE-SHOT & DRABBLE [WooGyu & GyuWoo]

Solsticio de Invierno [WooGyu]

     —¿Te gustaría dar un paseo, Sung Kyu? —le susurró Woo Hyun al oído mientras ambos veían una vieja película romántica en el sillón de la sala.
     El mayor estuvo a punto de negarse de no ser por los ruidosos y juguetones hermanos Lee (sus pequeños sobrinos), que no dejaban de correr por toda la casa. Su madre insistió tanto en ir a cocinarles la cena esa noche y cargó con los niños.
     —Siento esto. No sabía que mamá traería a Sung Yeol y a Sung Jong —mencionó una vez que llegaron a la calle.
     Woo Hyun le regaló una dulce sonrisa, tomándolo después de la mano para llevarlo al hermoso parque frente al edificio. Ambos se sentaron en una banca y entonces Nam hizo que recargara la cabeza en su hombro, entrelazando sus manos segundos después.
     —¿Recuerdas cuándo te pedí que fueras mi novio? —preguntó Woo Hyun, y Sung Kyu no pudo evocar aquel singular momento sin antes dibujar una sincera sonrisa.
     —Un veintiuno de diciembre.
     —Sí. Hace dos años exactamente. Te veías tan hermoso esa noche.
     —¡No digas esas cosas! Me avergüenzas.
     —¡Es la verdad!
     Sung Kyu soltó una suave risa y le dejó un fugaz beso en la mejilla. Woo Hyun volvió el rostro, sujetándolo del mentón para juntar la punta de su nariz con la suya.
     —Nunca voy a olvidarlo, Woo Hyun. Esa noche te entregué mi corazón y dijiste que lo cuidarías para siempre. Aunque, debo confesarte que creí que te arrepentirías cuando conociste a mi familia.
     Aquello hizo que Nam riera sin remedio antes de tomarlo por los hombros para rozar sus labios con los suyos en un tierno beso.
     —Y yo debo confesarte que ya había conocido a tu familia un par de días antes. Myung Soo, tu hermano menor, fue muy sutil al advertirme que me las vería con él si te rompía el corazón.
     Entonces Sung Kyu enarcó ambas cejas, un tanto sorprendido por lo que había desconocido hasta ese momento.
     —¿Y aun así quisiste que fuera tu novio?
     —Oye, estaba tan enamorado de ti que nada más me importaba.
     —¿Estabas? ¿Ahora ya no lo estás?
     Woo Hyun se quedó en silencio y, en ese breve instante, el pulso de Sung Kyu se aceleró.
     —Ahora... —habló Nam, arrodillándose frente a Sung Kyu—, quiero que seas mi esposo.
     El joven sacó un anillo dorado de su bolsillo y sujetó la mano de su novio para deslizarlo en su dedo corazón delicadamente. Aunque, se desilusionó cuando el mayor se enfadó en lugar de saltar a sus brazos.
     —¡Idiota! —reclamó Kim, golpeándolo en el brazo—. ¡Me asustaste! —Y Sung Kyu se le echó encima, rodeándolo del cuello y comenzando a sollozar—. Te amo, Woo Hyun. Sí quiero ser tu esposo.
     Nam lo apretó con más fuerza contra su cuerpo, soltando un confortante suspiro y recordando también aquella fría noche de hace dos años, en el solsticio de invierno, en la que Sung Kyu le dijo 'sí' por primera vez.