—¿Te ascenderán ahora que por fin me has capturado, Kim? —pregunta Woo Hyun con tono de burla mientras sus ojos se pasean por cada rincón de la estrecha habitación.
Hace apenas unos minutos que llegó al Cuartel de Seguridad Especial, esposado con cadenas y un grillete supresor de poderes, incluso con más guardias de lo acostumbrado debido a la naturaleza de su condición.
—Tal vez —responde Sung Kyu al tomar asiento frente al prodigio—. Y quizás también consiga una medalla si logro hacer que me digas dónde está tu base de operaciones.
Una cínica sonrisa ilumina el apuesto rostro de Woo Hyun y sus ojos se centran de pronto en la aguda mirada del oficial.
—Sabes que nunca lo diré, incluso si amenazas mi vida con alguno de tus juguetitos. Nuestra causa es la absoluta verdad y no hay manera de que las estúpidas leyes del gobierno nos detengan—dice con convicción sin dejar de lado su semblante lleno de seguridad.
Y aquello no le da muy buena espina a Sung Kyu, puesto que su prisionero no da muestra alguna de estar preocupado.
No es la primera vez que lo captura, pero en esta ocasión tiene la certeza de que no logrará escapar.
—Hablarás, Woo Hyun, porque ahora tenemos esto —le hace saber al mismo tiempo que pone sobre la mesa una pequeña caja metálica—. Nuestros científicos terminaron de sintetizarlo hace unos días, y todos estamos ansiosos por ver sus efectos —dice segundos antes de abrir el contenedor.
—¿Qué es eso? —inquiere el prodigio, intrigado, cuando por fin observa la ampolleta con un líquido extraño.
—Es el juguete nuevo del gobierno; un suero que altera la química del cerebro y que obliga a cualquiera a obedecer las órdenes de la persona que tenga enfrente. En pocas palabras, te convierte en un zombie, o un esclavo. Puedes elegir el término que más te guste.
—¿Y crees que eso me asusta? Mis poderes son de categoría A, y estoy seguro que obtuviste eso de un prodigio de categoría B o inferior, por lo que no tendrá ningún efecto en mí.
Sung Kyu frunce el ceño por un momento, pero no permite que Woo Hyun descubra la duda en su rostro.
—Puede que tengas razón, sin embargo, no pierdo nada con intentarlo.
—Adelante —lo incita, volviendo más amplia su sonrisa.
De pronto, un fuerte estruendo hace retumbar el edificio. Sung Kyu se apresura a tomar su arma tras ponerse de pie.
Las alarmas se activan de inmediato; los altavoces suenan con la advertencia de intrusos. Otra explosión se escucha fuera de la habitación y el oficial Kim se prepara para atacar a todo aquel que quiera atravesar la puerta.
—Debí saber que vendrían por ti —dice Sung Kyu poniendo el dedo en el gatillo.
—Pero te gusta complicar demasiado las cosas, ¿no? —responde Woo Hyun—. Empiezo a creer que disfrutas mi presencia más de lo que yo disfruto la tuya.
—¡Cierra la boca!
La puerta se abre con un estallido y Sung Kyu no duda en vaciar todas las balas de su arma cuando se ve acorralado por otro par de prodigios. En pocos segundos se queda sin municiones y no logra causarles daño alguno.
Un campo de fuerza rodea a los dos desconocidos y se aproximan a Woo Hyun para quitarle las esposas.
—Me temo que este será otro intento fallido del gobierno para deshacerse de nosotros —apunta Woo Hyun mientras se pone de pie—, aunque estoy seguro de que me atraparás de nuevo y este divertido juego del gato y el ratón continuará —dice sonriendo con socarronería.
—Salgamos de aquí, jefe, el edificio colapsará pronto.
Woo Hyun asiente, pero de pronto el suelo del cuarto se resquebraja, aunque el único que se desploma hacia el vacío es Sung Kyu. Él no puede volar como los prodigios y mucho menos tiene la fuerza para resistir una caída de seis pisos.
No obstante, momentos antes de estrellarse contra los escombros de abajo, su cuerpo es capturado por Woo Hyun cual suave almohada, puesto que la fuerza descomunal que posee no se compara con nada que Sung Kyu haya visto antes.
—No creas que te dejaré morir tan fácil; esto ya no sería lo mismo sin ti —espeta Woo Hyun cuando pone al policía en el suelo.
—¡¿Y los otros oficiales que han muerto?!
—¡Los otros no me importan! —exclama el prodigio, más serio de lo que alguna vez lo ha escuchado el policía—. Escucha, Sung Kyu; si fueras otra persona, no me atrevería a decirte que el gobierno les ha mentido, a ti y a todos los que están de su lado. Los ha manipulado para que hagan su trabajo sucio, pero estoy seguro de que eres demasiado inteligente para descubrir la verdad y, cuando eso pase, me suplicarás estar conmigo —asegura al tomar la barbilla del oficial con un par de sus dedos—, y también querrás formar parte de mi ejército.
Un repentino calor surge en la nuca del oficial y aquello lo avergüenza en demasía.
—Estás loco.
—Un poco, sí; y tú has contribuido en gran medida —menciona el prodigio poco antes de desaparecer de la vista de Sung Kyu.
Sin embargo, él sabe que se verán otra vez, y eso agita su corazón con extrañeza.
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ONE-SHOT & DRABBLE [WooGyu & GyuWoo]
Fiksi PenggemarADVERTENCIA: Escenas explícitas +18 •DISCLAIMER• Estas historias son textos originales de mi autoría y enteramente de temática homosexual. Los nombres y marcas son propiedad de sí mismos o sus compañías y sólo son utilizados con fines de entretenimi...