ONE-SHOT & DRABBLE [WooGyu & GyuWoo]

Obsequio [WooGyu]

Se acomodó su impecable traje negro para dirigirse a la cocina y preparar el desayuno de Sung Kyu; el único hijo de la familia para la que trabajaba como mayordomo.

Tomó una charola de plata para poner la comida y se encaminó a la habitación del muchacho. Tocó la puerta un par de veces y entró.
    
—Felicidades por su cumpleaños dieciséis, joven Sung Kyu. Le traje su platillo favorito —dijo con una sonrisa encantadora.
    
—Gracias, Namu.
    
Sung Kyu se incorporó en la cama y tomó la charola que le ofreció el hombre. Inspeccionó por un momento los alimentos y dijo:
    
—¿Tú lo preparaste? Porque ya sabes que no me gusta que nadie más toque mi comida.
    
—Por supuesto.
    
Sung Kyu sonrió, satisfecho.
    
—Su fiesta empezará cerca de las cinco de la tarde, le dará tiempo para asistir a sus clases de piano.
    
—Sí. Será lo único divertido de este día. Mis padres no me dejaron invitar a mis amigos a la fiesta, sólo vendrá mi primo Myung Soo y su novia.
    
—¿El joven Myung Soo tiene novia? —Sung Kyu suspiró y Woo Hyun lo miró, preocupado—. ¿Qué le sucede?
    
—¿Crees que algún día también tendré una pareja? A veces siento que algo me falta para ser feliz.
    
Woo Hyun le sonrió y puso una mano en el hombro del joven.
    
—No se preocupe, estoy seguro que muy pronto podrá compartir cosas muy especiales con alguien a quien ame.
    
Y Sung Kyu también le sonrió, mirándolo a los ojos.

Por la tarde, muchas personas se reunieron en la mansión Kim. Los amigos y socios de sus padres convivían entre sí mientras Sung Kyu permanecía en el balcón más alejado de la fiesta. Ya eran las diez de la noche y su primo Myung Soo se había ido.
    
No tenía permitido tomar alcohol, pero hurtó una botella de vino y estaba bebiendo a escondidas. Cuando se sintió mareado, se dirigió a su habitación y su mayordomo notó su comportamiento. Sung Kyu abrió la puerta de su cuarto pero tropezó y, si no hubiera sido porque Woo Hyun lo sujetó, hubiera terminado en el suelo.
    
—N-Namu.
    
—Joven Sung Kyu, será mejor que vaya a dormir.
    
Woo Hyun levantó al muchacho entre sus brazos y lo llevó hasta su cama. El mayordomo tomó las sábanas y lo cubrió hasta la cintura. Acarició suavemente sus mejillas y Sung Kyu lo sujeto de la manga.
    
—Namu, tú no me diste un obsequio.
    
Woo Hyun lo miró, avergonzado, y después se acercó a él, sentándose a la orilla de la cama.
    
—Discúlpeme joven Sung Kyu, pero no creo que alguien como yo pueda darle algo de su agrado.
    
—Sí puedes.
    
El mayordomo parpadeó, desconcertado, y de pronto sintió los suaves labios de Sung Kyu presionando contra los suyos.
    
Ambos cerraron los ojos por el dulce contacto y, al cabo de unos segundos, Sung Kyu se apartó.
    
—Este fue el mejor obsequio de todos—susurró el joven antes de acomodarse en la cama para dormir.

Woo Hyun lo observó y un sutil rubor cubrió sus mejillas.