Deseos de cosas imposibles

18. Wanda

Wanda Maximoff era considerada por los demás miembros vengadores como la más joven, sin contar a visión claro esta quien las preguntas que a veces hacia y su falta de comprensión de porque debía tocar la puerta parecían no tener fin pero, aun así, ella era considerada como la hija de todos ahí o eso le hacían sentir.

Lo que nadie tomaba en cuenta es que había visto muchas cosas durante sus años como objetos de experimentos y que, gracias a la unión con su hermano, miradas como las que Nick Fury le dirigió a Tony con aquella pregunta incomoda, no habían pasado desapercibidas y estaba claro que Tony pese a hacerse el tonto había entendido.

Pero eso no era lo que le daba la seguridad de que algo pasaba entre esos dos líderes, no era la mirada de decepción cuando al regresar al complejo Pepper estaba esperando a Tony, o la forma en la que tony no se atrevió a ver a Steve despues de darle un beso a Pepper. No esos eran pequeños detalles que todos percibieron confundidos.

Lo que realmente le daba la seguridad a Maximoff era la simple habilidad de leer la mente de los demás, y si bien no podía controlarlo del todo bien, si podía sentir la depresión de Steve, el enojo y las ganas inmensas de estar con Stark. Para ella, Steve era como un libro abierto, podía sentir cada sentimiento que surgía en Steve, aunque había algo que se mantenía oculto una especie de lo que denomino recuerdo porque por más que su curiosidad le ganaba y quería ver aquel fragmento de luz que brillaba tanto en aquella zona de su cerebro no podía acceder a ella, al menos no por el momento y es que cuando intentaba forzarlo podía ver a Steve que la miraba, negaba con la cabeza y salía de la habitación.

El buen capitán Rogers nunca la había regañado por eso, era claro que podía sentir los fuertes sentimientos, pero Maximoff era subestimada y probablemente pensarían que estaba practicando o algo similar.

Po otro lado Stark era harina de otro costal, si bien hacia un tiempo que había podido leer a la perfección su miedo a fallarle a los vengadores, su miedo a verlos morir, ahora que entendía un poco más sobre ese hombre sabía que su miedo era más por perder a una familia, una que le había costado obtener. Las sensaciones que podía percibir de Stark eran mil veces más caóticas que las de Steve, eran sentimientos que iban desde la tristeza, los celos, la inseguridad. Inseguridad que le costó a Wanda tres días de comer dulces y helado como si tuviera el corazón roto.

Era Stark quien le provocaba cambios de humor tan drásticos, que se empeñaba en controlar sus emociones lo más posible, porque estaba comenzando a volverse loca. La bruja se sentía impotente, incapaz de animarse a buscar ayuda para esos dos que desbordaban oleadas de cariño. cuando llegaban a encontrase Wanda sentía que podría ir a besar a esos dos hombres en cualquier momento.

Entonces cuando eso pasaba era ella quien se alejaba.

Pero ahora, lo único que sentía era un mal humor, no lograba entender del todo quien era el más enojado, pero era claro que ambos hombres tanto el castaño como el rubio estaban molestos, no con alguien en especial, tal vez su molestia era que las circunstancias que los rodeaban no podían ser peor.

Wanda no podía culpar a Pepper, ella solo sentía amor por Stark y felicidad real felicidad de verlo, y poder esta frente a su novio. Pero si podía sentir el enojo de Steve y el enojo de Stark al sentir tanta distancia entre ellos.

Creo que se gustan- soltó a la nada, a la nada en apariencia pues estaba en la biblioteca en un intento desesperado por distraer su mente de aquel sentimiento de enojo.

¿Quién se gusta? - visión había aparecido de la nada como siempre, con un grueso libro de literatura.

Wanda pego un brinco, lo había soltado pensando que estaba sola y en un intento por liberar frustración