Capítulo 23

445 58 11
                                    

Narra Chris

Realmente no me sentía cómodo, desde el principio había tratado de evitar que la conversación tomara esa dirección por eso había respondido cortante y con evasivas no quería tocar ese tema, pero Irina parecía no entender la indirecta.

—Aún estamos decidiendo la fecha.

—Supongo que será pronto, debo confesarte que me sorprendió mucho la noticia, sobre todo porque jamás la habías mencionado, de verdad que no sé cómo le hicieron para mantener el secreto. —Comentó Irina.

—Bueno, no fue fácil, pero consideramos que era lo mejor si queríamos estar tranquilos. —Definitivamente no me gustaba nada el camino que estaba tomando la conversación, no era culpa de Irina, simplemente no quería hablar de una relación que ya no existía.

Otro narrador

En Roma, Paco estaba hecho una furia, las cosas con Carolina se habían complicado, al final ella había sacado las uñas y él no había conseguido nada salvo que firmara el divorcio de una vez por todas, la muy mustia se había negado a dejarle la casa que había comprado un par de meses atrás, había cometido el error de ponerla a nombre de ella, así que según su abogado no había forma de obligarla a devolverla.

—No puedo creer que hayas sido tan idi*ota como para poner la casa a su nombre, ¿sabes la cantidad de dinero que nos ha costado eso? ¿Qué demonios te pasó por la cabeza? —Reclamó Santiago a su hijo.

—¿Y qué querías que hiciera? el estúpido viejo estaba sobre mí todo el tiempo con el tema de la casa. —Se defendió Paco.

—Siempre tienes una excusa para todo, ¡no puedes hacer nada bien, carajo! —Exclamó su padre mientras se servía un whisky.

Santiago estaba furioso por la estupidez de su hijo, había desperdiciado ese dinero pensando que sería una inversión a largo plazo y al final no pudieron sacarle nada a su exmujer, el imb*cil de su padre había sido una piedra en el zapato, ni siquiera muerto dejó de serlo, dejó blindada a su hija con ese testamento.

—En fin, ahora hay que acelerar los planes con la niñita esta ¿has hablado ya con Blanca?

—No, aún no, pero te gustará saber que ya tengo bastante terreno ganado, ahora solo le toca a Blanca hacer su parte, estoy esperando a que me confirme dónde la veré.

—Espero que esta vez puedas hacer las cosas bien, el tiempo se agota.

Había vuelto el miércoles, pero ni siquiera se había podido reunir con Blanca por el asunto de la estú*pida de Carolina, necesitaban retomar el asunto de Dulce cuanto antes, su móvil vibró en la mesa y un mensaje de Blanca apareció en la pantalla donde lo cuestionaba sobre su visita a Dulce.

—Me acaba de responder, quiere que la vea a las seis en la Villa. —Santiago frunció el ceño ante el comentario— Descuida, parece que Fernando salió esta mañana a Nápoles y volverá hasta mañana.

Más tarde, Paco llegaba a la Villa Espinosa, donde Blanca ya lo esperaba en el despacho de Fernando.

—¿Y bien? ¿Cómo te fue? —lo cuestionó Blanca apenas se sentó frente a ella.

—Podría decirse que muy bien, salvo por un detalle— Blanca entornó los ojos al escucharlo— Pero no hay que preocuparse, todo está bajo control.

—Más te vale, no puedes cometer errores o yo no podré ayudarte, ahora cuéntame todo. —Paco empezó a narrar a detalle lo que hizo en Madrid, lo que ninguno de los dos podía imaginar es que Fernando había vuelto antes de lo esperado y al oír voces en su despacho había caminado hasta allí alcanzando a escuchar las barbaridades que le estaban haciendo a su pequeña, no podía dar crédito del plan siniestro que estaban orquestando esos dos.

Tal vez en RomaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora